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Satélite-in-Blog - Page 90

  • Composición tema: mi primer recital ska

    El domingo al mediodía, después de una noche de sábado con asado entre algunos de los aquí posteantes (y no por ser ex compañeros de colegio sino justamente porque escriben acá! ya ven qué beneficios tienen quienes escriben), fuimos con Rubín a grabar algunas cosas para el próximo disco del Sr. Flavio, que se está terminando ahora mismo en el estudio de Vicentico, en Villa Urquiza, o Parque Chas, o Villa Ortúzar, o Belgrano r (no R, "r"), a dos cuadras de donde yo vivía hasta hace unos meses o casi un año. A metros de la mítica parrilla Lo de Charly. Ahí.

    Llevé el Crumar, el también mítico órgano italiano que le compré a Mario Siperman y del que Flavio contó la historia en este blog. En su momento los Cadillacs lo incoporaron porque habían visto que Madness usaba un instrumento así. Rubin, en cambio, llevó guitarras y también su voz. Todo para un tema en el que formamos cuarteto con Flavio, precisamente, y con su hijo Astor, niño prodigio de la batería. Tienen que escuchar los coros que grabó en el tema Rubin. Pasen por alto el teclado y escuchen esos coros. Qué bárbaro...

    Ahora, ese mismo día por la tarde me dí cuenta de una cosa llamativa. Se cumplen por estos días 19 o 20 años de mi primer recital de ska. Y adivinen cuál fue. Sí, acertaron (quien sea que haya llegado hasta acá...): Los Fabulosos Cadillacs. Un show, sin duda, que enfocó mi gusto musical en otro lado, en un lugar del que no he podido escapar hasta ahora, más allá de que en el camino (y ahora mismo) haya conocido y gustado de tantos otros tipos de música. De muchos, o de todos, casi.

    Pero en el momento fue una revolución. Me acuerdo especialmente del público de la primera fila, trajeado, con pins anteojos oscuros, sombreros, el look exacto. Quizás alguno de ustedes estaba ahí (era un teatro de la calle Corrientes)Parecían ser amigos de los músicos. Seguro, tenían una onda parecida. En algunos casos (y de esto no recuerdo nada puntual sino más bien una impresión general) hasta parecían tenerla todavía más clara. Con mis 14 años, miraba desde el fondo y me sentía de otro planeta, de un mundo sin mayor comunicación con ese otro: del universo "sin onda". Y cuánta razón tenía! Porque, de hecho, en un punto a mí me pasó otra cosa: pronto me fui de Buenos Aires y pronto crecí en un ambiente en el que dejó de importarme ser amigo de los de la primera fila. De verdad. No sé si sería por simple imposibilidad de, pero me pasó eso.

    Qué interesante que tantos que habrán dicho cualquier cosa de los Cadillacs por no suicidarse tocando ska, hayan abandonado las armas hace más de diez años, y que Il Cadillac Maggiore esté ahí, jugando como un chico en un estudio, grabando, escribiendo, tocando ska y 808 otros ritmos sin prejuicio ni problema. Puro disfrute, que es exactamente lo que le debe faltar al que necesita calzarse la capucha de la Santa Inquisición Ortodoxa Jamaicana (ninguno de los acá escribientes, ojalá) para decir qué está bien y qué está mal. 

    Pero ése no era el punto. El punto es que no deja de ser curioso que dos décadas después de ese recital nos pasemos así nomás una tarde de domingo en un estudio, con música, chistes malos, recuerdos buenos y más música. Una de esas tardes de otoño sin frío ni calor, que te hacen volver a casa tranquilo, en paz, pensando en que hay tiempo para que todo pase y que la felicidad es ahora mismo y es tan leve y suave que hasta por ahí ni te das cuenta porque ni se te ocurre pensar en eso y entonces empezás a silbar una canción que no sabés de dónde la sacaste pero te hace acordar algo y parece que va a ser una buena noche.

     medium_ultimaquinta009.jpgA propósito, ¿Cuál fue su primer recital ska? *

     Flavio & Rubin

    medium_ultimaquinta_010.jpgRubin & Flavio

     

     

     

     

     

    * tópico sugerido días atrás por JuanBrass

  • Se acabó lo que sedaba: fiesta de despedida del verano

    Después del multitudinario éxito del festival Internacional de la Canción de Tortuguitas, la producción decidió despedir el verano con un bonus track. De los creadores de Piletrónica I y II, este sábado 10 de marzo llega... Piletrónica Tercera Temporada.
    DJs multigénero, Satélite Kingston (swimming pool-set), Rubin (happy lawn mowing covers), pileta, fútbol, una  casa de madera para que jueguen los chicos, y, esto sí es importante, Fernet con gaseosa libre! (se sugiere traer otras bebidas no perecederas) *
    Piletrónica (tercera temporada)
    con
    Satélite Kingston
    Rubin
    DJs SRZ + Diamante + Martín Cueto y más
    Sábado 10 de  marzo15 hs.
    Evento 100 % kids friendly-familiar
    Nos vemos el sábado, desde las 15
    (ver doc adjunto 1 con mapa para y llegar y doc adjunto 2 con crítica de dibujante amigo sobre el reciente Festival Internacional de la Canción)
    medium_b1060535.JPG
    (* otras atracciones exclusivas, en letra chica:
    JuanBrass y familia; Mariano Tp y su instrumento mágico; posiblemente Cotter; Facu firmando ejemplares de Mr Rude, Jako y su rude kid; ¿conoceremos el rostro del misterioso Nahuel?; entretenimientos para todos!: adivine cuál de los que estará jugando al fútbol es el Dr Sala y gane una charla de diez minutos con tres ex alumnos del Huergo; chat exclusivo junto a la pileta: Chikito, Ariel y Rudy King)

  • Album familiar del Festival Internacional de la Canción

    Anticipando el bonus track de este sábado, al que todos están invitados, fotos de Ana de la fiesta del otro día. (si no puede verlo, sencillamente diríjase a la columna de aquí al lado, y clickee sobre la foto de la hija de JuanBrass)

  • Can I Play With Madness?

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    Necesito esto... Parece que está en vinilo 7". Será realmente así?

  • Historia del ska argentino I: Capulco Gold!

    Aunque suena a leyenda urbana, hubo una banda contemporánea a los primeros Cadillacs, pero de la zona Sur, que también tocaba ska. Se llamaba Capulco Gold. Y eventualmente Martín Cueto me pasa el teléfono de su guitarrista, Beto Morales, al que enseguida llamo para que cuente su versión. Y, sorpresa, lo primero que dice es que no sólo efectivamente Capulco Gold se formó más o menos al mismo tiempo que los Cadillacs, sino que él ya había tocado algo de ska… ¡en 1980!

    Esta es la historia del día.

    “La primera vez que toqué música jamaiquina fue en 1980 –cuenta Morales-. Te podés imaginar cómo me echaron… Yo trabajaba de cadete en una empresa metalúrgica del Sur, así que con otros chicos de otra empresa armamos un trío para tocar algo tipo The Jam, The Police, bien new wave. Sin siquiera tener nombre, me enteré de un concurso de bandas que organizaba un amigo y nos anotamos. Cuando llegamos el público era rehippie y los músicos eran grandes instrumentistas de jazz rock y fusión. Subimos y con el primer tema todos se quedaron callados. Con el segundo, se reían de nosotros tirados en el piso. Y cuando llegamos a una canción que se llamaba “Yo no quiero ser soldado” el cantante explicó: “¡Porque este país un día va a entrar en guerra con una potencia!” y nos empezaron a tirar cualquier cosa. El organizador subió, desenchufó todo y nos bajó del escenario. Me traumó tanto eso que no pude volver a tocar en vivo por cuatro años”.

    -¿Cómo entraste en contacto por primera vez con esta música?

     -En 1976 íbamos a todos los recitales con un amigo de la secundaria que entonces ya hacía la carrera de marino mercante. En 1977, cuando se recibió, se fue de viaje y volvió cambiado. Me acuerdo que me dijo: “Beto, fui a Londres por una semana y me quedé un mes. ¡No sabés los amigos que hice y los discos que traje!: The Jam, Peter Tosh, Joy Division y mucho reggae y ska. Ahí, a mí, que venía de escuchar Crucis, la cabeza me hizo crac. Y empecé a escuchar toda esa música y a copiar la estética: el jean roto, la corbatita finita, el pelo corto y parado, el saquito. Lo más loco es que los milicos nos paraban y no entendían nada porque nos veían bien vestidos… pero estábamos relocos. Eso me salvó muchas veces. Después, entre amigos, se iba entretejiendo todo… Yo iba al boliche de Chaban, el Einstein, e iba conociendo gente, música...

    -Y Capulco Gold, ¿cuándo existió?

     -Durante 1984 y parte de 1985. Entonces todavía casi nadie hablaba de reggae y ska, pero nosotros queríamos tocar eso, pero no teníamos músicos. Entonces el público era casi el mismo que el punk, amigos, unas 30 o 40 personas. La verdad es que nadie creía mucho en nosotros… Eramos de Adrogue y Banfield: mi hermano Jorge, Flavio Etcheto, Leonardo Ramella y yo. Tocamos muchas veces en vivo, pero siempre por nuestra zona o por Quilmas. Una vez en Villa Gesell... En Capital también tocamos sólo una sola vez. Fue en la Manzana de las Luces, con Antihéroes y Tumbas NN… Creo que todos en el público eran músicos que ahora están jugando en primera. Esa noche no quemamos uno sino dos sonidos, así que terminamos tocando al aire. El Polaco, bajista de Antihéroes, lo grabó con un walkman y esa grabación anda por ahí… Lo otro que grabamos fue un par de demos que quedaron perdidos.

    Tocamos algunas veces con los Cadillacs. Es más: ¡tocábamos mejor que ellos! Lo que sí se notaba era que los muchachos del Norte tenían más plata, más acceso, más posibilidades que nosotros. Caían con unos instrumentos que no sé de dónde los sacaban... Eventualmente los Cadillacs se convirtieron en una banda muy buena.

    -¿Influencias?

    -Bob Marley, Peter Tosh, Black Uhuru, The Seleter, Bad Manners, The Specials… Yo era seguidor acérrimo de Sumo. Seríamos unos 20 que los seguíamos a todos lados, Tigre, San Miguel, adonde fuera. También iba a ver a Alphonso S’Entrega, pero eso era cuando tenía una chica linda para salir. Recuerdo también a Los Vaticanos y Los Paladines de la Injusticia, donde tocaba Orge y con los que una noche Luca se subió a cantar unos ska tremendos en el Parakultural. Nosotros parábamos en un bar que se llamaba Luar, en Lomas. Un día vimos ahí un cartel de alguien que vendía piano, saxo y otros instrumentos, así que le preguntamos quién lo había puesto y nos presentó a Flavio Etcheto, que era el lavacopas. Debía tener 16 o 17 años y tenía mellizos por lo que necesitaba la plata. Eventualmente terminó tocando el saxo, el clarinete, la trompeta en Capulco Gold… La batería la tocaba Ramella, que ahora es conocido como Emisor.

    -¿Y cómo terminó todo?

    -Etcheto y Ramella armaron La Forma, mi hermano pasó a Los Corrosivos y yo, a Antihéroes. Ahí se acabó el ska y el reggae: nos pusimos dark…

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