Mariano Goldenstein, de Sombrero Club, quiere morir tocando (y escuchando y cantando y produciendo y agitando en fiestas) ska. Y todo indica que así lo hará. 20 años de 2 Tone en una entrevista.
Repasar la historia de Sombrero Club es repasar los últimos veinte años de ska en la Argentina, desde los alicaídos 90 hasta la saludable actualidad, con tantas bandas, fiestas, DJ, shows, visitas internacionales. En todas esas instancias, Mariano Goldenstein, imparable líder de la banda, fue un protagonista. Primero, como fan en la primera fila; después, como uno de los mejores bajistas de ska en el país; y hoy como cantante de su eterno grupo 2 Tone, bajo en la Street Feeling Band de su amigo Hugo Lobo y productor y agitador desde Ska-Ta-Shock, gran fiesta del género que se viene repitiendo en el Salón Pueyrredón (y que este viernes 8 de septiembre tiene nueva edición justamente con Sombrero en escena).
Su pasión por el ska y su experiencia arriba y abajo del escenario son una fuente de energía imprescindible para entender a qué suena y por qué suena ska hoy en Buenos Aires. Pero los entretelones del devenir de la banda y las ideas de Mariano quizás no sean tan conocidas. En la serie de entrevistas Satélite-In-Blog, hoy, con ustedes, Mariano Goldenstein sobre el ska en los 90, las amistades musicales, el pinche ska mexicano, el dolor por la muerte de un padre y el éxtasis de tocar ska en vivo después de todos estos años.
-¿Cuándo debutó Sombrero?
-Tocamos por primera vez en 1997, en el teatro Pairó de Mar del Plata, junto a Los Correcaminos y más bandas de allá. Esa vez tocaron Marcos, en teclado; el Negro, en guitarra; Javier Pelado, en percusión; Carlitos, en bata; Tomy Boulogne, en voz, y yo en el bajo.
Ni bien bajamos del tren, toda la avenida Luro estaba empapelada con carteles promocionando la fecha porque era un recital organizado por la municipalidad, con el sello de Ruckauf, que era el gobernador de la provincia de Buenos Aires en ese momento. Aún conservo ese afiche gigante. El segundo show de Sombrero fue con Dulces Diablitos, ya en Capital, en 1998. El año que viene tengo pensado hacer un concierto especial para conmemorar los 20 años.
-¿Y Correcaminos ya venía tocando?
-Sí, de hecho yo los había conocido en 1995, durante unas vacaciones en Mardel con el Negro, guitarrista de Sombrero. Estábamos lookeados de rude boys, muy a la argentina, con boina y saco de feria americana, camisa, corbata, pin de ska hecho a mano… Así, se nos acercó Leo, cantante de Correcaminos, y nos preguntó "¿Ustedes son rude boys?” ¡Ahí nomás nos abrazamos como si fuéramos parientes que no se ven por años después de la guerra!
Es que nosotros, con 15 años, no conocíamos a nadie. Para el Negro y para mí, no había gente a la que le gustara el ska. Nos hacíamos nuestras remeras, prendedores, nos vestíamos como creíamos que era el estilo, lejos de Dr Martens y Fred Perry, sin información ni Internet , sólo fotos de los poco discos que teníamos. Fuimos a casa de Leo, directo, y ahí conocí a su hermano Marcos, que nos dijo: "Ustedes son de Buenos Aires, ¿no conocen a Hugo? " Y esa misma noche tomamos un colectivo y fuimos a la casa de Hugo, que estaba en un departamento de sus abuelos.
Yo empecé a ver a Correcaminos en todos lados. Y hasta hoy con Leo y Marcos seguimos siendo amigos. Son mis hermanos para toda la vida. Siguen tocando, viven en Barcelona y tienen la banda Che Sudaka.
Los Correcaminos, a su vez, también eran amigos de Facundo San Martín (del fanzine Mr. Rude) y nos contaron que en el parque Rivadavia paraba Leandro, un pibe que vendía casettes grabados con ska, totalmente vestido con el look del género. Recién entonces empezamos realmente a contactarnos con gente. De hecho, en el primer número de Mr. Rude aparece mi teléfono (¡sin el 4 adelante!) pidiendo baterista para una banda, en la sección "Skaavisos agrupados", ¡ja, ja!
-¿Y cómo público, cuál fue tu primer show de ska?
-Ska, netamente ska , el primer show de Satélite Kingston. Como te decía, antes ya iba a ver a Correcaminos, que hacían algo de ska. Seguía a los Cadillacs a morir, miles de veces. De hecho conocí el ska gracias a ellos. Pero no había bandas netamente ska a mediados de los noventa. Estaba Espías Secretos, por un lado. También Nuevas Raíces y Riddim coqueteaban con el ska y me gustaban mucho. Pero el ska en Buenos Aires estaba muerto, así que fue genial ver a un montón de gente a la que le gustaba esta música en ese primer show de Satélite. Lo viví muy intensamente. Luego apareció el disco compilado “Skamanía”. Y ahí comenzó el resurgimiento del ska, empezaron a aparecer bandas y más cosas para hacer en la ciudad.
-Ya en la segunda mitad de los noventa se impuso que el ska debía ser "tradicional" o "jamaiquino". Como que el 2 Tone o, mucho peor, la "tercera ola" no iba más. Ustedes nunca se subieron a eso, siempre mantuvieron su estilo. ¿Fue una decisión consciente?
-Sí, fue consciente. Nunca entendí a las bandas que cambian o que piensan que un estilo u otro ya fue. Me parece un poco oportunista. Sabiendo que hubo otra banda que tuvo mucho éxito tocando ska jamaiquino y que hubo un boom de bandas nuevas interpretando esa vertiente del ska… Cuando arrancamos con Sombrero, no teníamos vientos. Los que tocaban eran Hugo Lobo, Martino Gesualdi, Willy (Rangone, de Los Cafres). No había otros vientos y si los querías, tenías que pagarlos. Entonces nos arreglamos con lo que teníamos. ¿Qué mejor que tocar el ska que amamos ? El ska 2 Tone siempre me pareció muchísimo más completo, compositivamente hablando, que el ska jamaiquino. El 2 Tone tiene punk, pop, reggae y siempre ska; es un teclado de early reggae (como en “On My Radio”, de The Selecter), bata con tacho que viene del punk y esa increíble agresividad y acidez, que no tiene el ska tradicional (que siempre cae bien y repite la misma fórmula: melodía de vientos/solos/melodía de vientos y termina el tema…)
-Para la cantidad de años que llevan tocando, Sobrero no grabó tanto. O por lo menos no se editó. ¿Por qué?
-Pasaron muchísimas cosas en veinte años, que no me dejaron crecer o plasmar resultados en discos: muchos cambios en la formación, años nulos en los que me tocó cuidar a mis incondicionales padres, un poco de oscuridad personal (toqué fondo y así lo siento). La verdad es que es un concepto nuevo para mí el de pensar en crecer. Por suerte no paro de componer y ya tengo canciones para dos discos más… ¡Ahora no me para nadie!
-¿Y cómo fue pasar del bajo a la voz? ¿En cuanto Tomy (el cantante anterior) se fue, lo decidiste de una o consideraste buscar otro cantante?
-Fue algo práctico ¡y difícil también! El rol es muy diferente. Tuve que convencerme a mí mismo de que lo podía hacer y luego lograr que los demás lo acepten. Hablo de mis compañeros de banda porque nunca me importó mucho lo que piensen los demás. Siempre voy a hacer con el corazón lo que creo que es mejor, sin pisar a nadie. Esta decisión fue práctica porque para mí era más fácil explicar una línea de bajo que volver a tener otro cantante con los berretines que se puedan generar. Preferí ser yo, aunque suplantarlo a Tomás fue muy difícil. Respeté sus decisiones porque es mi hermano. Somos amigos desde muy chicos. Por otro lado, nunca dejé el bajo y hoy sigo tocando con Hugo, en la Hugo Lobo Street Feeling Band, para sacarme la leche de seguir tocando ska jamaiquino , con ese otro hermano que me dio la música.
-Estudiaste canto con Rafael de la Torre. ¡Gran personaje! Es muy raro que alguien toque la trompeta sin estudiar, pero no muchos cantantes de "rock" (en un sentido amplio que incluye al ska) se ponen las pilas para estudiar canto...
-Lo mío es 100% técnico. Necesitaba estudiar para no quedarme sin aire y sin voz. Estudié más de dos años con Rafa. Sigo siendo un pésimo cantante que solo puede cantar sus propias canciones. Por suerte eso es lo que quiero hacer!
-Antes mencionabas el punk. ¿Escuchás punk rock?
-Poco. Al punk lo agarre más de grande. Siempre fui del ska ¡incondicionalmente! De muy chico, como a los 13 años, conocí La Polla Records y Kortatu (que me voló el cerebro). Si toco el bajó es por el bajista de Kortatu. Pero pronto empezamos a conocer el ska. De hecho el primer disco de Kortatu tiene muchos temas ska. También tenían algo Los Miserables, de Chile. Pero, retomando lo que contaba antes, ahora el punk y el oí me gustan, mucho más que cuando era chico. Antes mencioné al punk como parte del 2-Tone, pero me refería al punk como actitud, no tanto a la música. Lejos de las distorsiones del punk o las crestas, una banda de ska siempre va a estar más cerca de participar en festivales o causas sociales que tienen que ver con el punk. The Specials ha hecho giras con The Clash, las letras hablan de la misma temática. Pero no me considero un tipo muy culto en materia de punk, para nada.
-¿Y qué música escuchás que a un seguidor de Sombrero lo pueda sorprender?
-Creo que en estos momentos de Internet , muchos tienen más cosas para pasarme a mí que yo a ellos. Soy un tipo muy quedado. Me enamoré de ciertas bandas y de ciertos discos. Cuando me muera, quiero que “Celebrate the Bullet” esté en mi tumba . ¡No se lo dejo a nadie! Igual que el primero de The Specials y toda la obra musical de Madness. Pero sigo siendo un quedado, no me gustan mucho las cosas actuales. Últimamente estoy escuchando ska mexicano, bandas como Inspector y Maskatesta.
-Mi canción favorita de Sombrero es “Emergency” (supongo que a muchos les pasará lo mismo porque es un temazo!) ¿La compusiste vos? ¿Cuál es la historia detrás?
-“Emergency” es un tema que escribí para mi papá cuando estaba internado. Habla de esa situación horrible en el hospital. Le hicieron cinco by pass y nunca se despertó. Todos los días había un parte médico. Un mes y medio en terapia intensiva hasta que falleció. "No me mires de esa manera si en realidad no tenés respuesta, no me mientas más , yo quiero estar muy lejos de este lugar " es lo que quise decirle a ese doctor de los partes. Así de simple. Las estrofas las hizo Tomás y lo demás, yo. Con Tomy nos llevábamos muy bien para componer. Me gusta mucho como escribe. Musicalmente, en cambio, siempre hice todo en Sombrero Club, siempre armé todas las estructuras y las melodías.
-Algún recital de Sombrero que destaques especialmente. O, mejor, tres que representen tres momentos importantes de la banda.
-Vivo todos los recitales muy intensamente, amo estar arriba del escenario, es mi lugar en el mundo. Difícil destacar sólo tres, pero lo voy a hacer. 1) Gran recital en el Vorterix (entonces todavía era El Teatro de Colegiales), con Tomy cantando , Flor en la guitarra, Marce en el teclado, Diego en la bata, como siempre el Negro en la primera guitarra, el Loco di Mario en el saxo y yo al bass. Fue una fiesta Clandestina. 2) En el Salón (Pueyrredón), una fiesta Ska-Ta-Shock. Terrible fiesta se armó cuando presentamos “Algo especial”, el último disco. Fue genial ver a muchos amigos apoyando este excelente momento de la banda . 3) En México, ante miles de personas, con Maskatesta de backing band, en la carpa Astros, un excelente lugar. Que muchos canten tus canciones, en otro país, que la música les llegue , te haga viajar… Gracias a la música pude tomarme un avión; si no, nunca lo hubiera hecho. A México fui por primera vez en el 2002 y volví varias veces más para tocar y para producir. Hoy puedo decir que tengo muchos amigos por allá.
-Qué bueno todo lo que estás haciendo en México… ¿Qué diferencias encontrás entre las escenas ska del DF y de Buenos Aires? ¿Muchas, pocas, ninguna?
-Muchísimas, ¡abismales! El ska en México es muy popular. Y hay muchas bandas, pero que tienen su propia identidad con respecto a ska. Son muy pocas las que se lookean, por ejemplo. El ska en México tiene su propia identidad y su propio sonido. Es más romántico sin dejar el barrio, con sus tempos y hasta su propia tribu urbana, los Skatos. Claro que también hay bandas oi, hay skinheads y hay rude boys. Pero son los menos. Existen grupos grandes que sí entienden por dónde va la cosa, como Inspector, Maskatesta y Out of Control Army; un poco más under, como Los Chiklets, Tono Rudo, Los Dekkers , Los Minions , Melódicans, Skattianns, que sí hablan y son más cultos difundiendo el ska. Pero hay muchas más bandas a las que no les importa eso y son muy populares, como los Victorios, Sekta Core, Panteón Rococo , Maldita Vecindad , la Tremenda Corte... Puro pinche ska mexicano wey! Bien chingon! Ja, ja, estuve por México produciendo a Maskatesta y ahora voy a arrancar con Tono Rudo, a ver qué pasa.
-Si tuvieras que armar un compilado, un ep con cuatro canciones, para mostrarle a alguien que no tiene idea de qué es Sombrero, ¿qué temas pondrías?
-Pondría "Somos así", “Nunca vas a estar" , "Estando atado a tu realidad" y "No hay esperanza".
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Siempre se aprende algo nuevo, me sorprendieron para bien Tono Rudo y Los Chicklets.