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Satélite-in-Blog - Page 60

  • David Carradine

    Los días feriados en familia y la buena lectura, dos placeres imperdibles...

    Entre tanta muerte, se había pasado la oportunidad de recordar como es debido al gran David Carradine. Aquí, una inolvidable declaración suya para la revista Uncut:

    “Me acuerdo de una mañana en la que había estado comiendo peyote con los indios. Fue durante una filmación de Kung Fu. Y terminamos pronto y volví a casa y no había nadie allí y, supongo, fue entonces cuando el cactus me pegó de verdad. Así que yo caminaba por las habitaciones, hice varias llamadas telefónicas y, mientras pasaba de cuarto a cuarto, me iba sacando la ropa hasta que quedé desnudo. Y así salí a la calle. Y era un barrio residencial, con esas casas con jardines. Yo entraba y salía desnudo de las casas y apagaba todos los artefactos eléctricos que estaban david-carradine-1.jpgencendidos. Televisores, radios, heladeras. Y me imagino que debe haber sido raro para mis vecinos: estar almorzando y contemplar cómo, de pronto, entraba Caine desnudo en sus casas y apagaba la licuadora o algo así. Cuando me cansé de eso, decidí volver a casa atravesando un bosque. Pero, claro, estaba desnudo: no tenía llaves para entrar. Así que seguí hasta la casa de un amigo. No había nadie pero las puertas que daban al jardín estaban abiertas; así que me metí en el living y había un cuadro en un caballete. Me puse a retocarlo un rato. Cuando me aburrí, puse otra vez rumbo a casa. Seguía sin poder entrar, así que rompí una ventana de una pequeña cabaña que había por ahí y me metí adentro y, claro, era una ventanita. Así que me corté todo el cuerpo. Salí de allí y retorné a casa todo ensangrentado y rompí una puerta y entré y me senté a tocar el piano. Lo dejé todo cubierto de sangre. Después me subí a mi Ferrari y, desnudo, me fui a dar una vuelta hasta que me desmayé por la pérdida de sangre. Así me encontraron. Me llevaron al hospital. Me vino a buscar una amiga y me hospedó en su casa. Esa noche me levanté todavía en órbita y salí a mear al jardín. Desnudo, por supuesto. Estaba en eso cuando apareció el perro de mi amiga y agarró mi sexo con sus dientes y lo metió amorosamente en su boca. Era un perro grande. Y no me mordió. Estuvimos así un largo rato. Después le di un puñetazo en la cabeza. Pero nos hicimos grandes amigos. Y cuando digo grandes amigos quiero decir que fuimos amigos verdaderamente grandes. En serio”.

  • Ukelele Special Clash Jamboree!

    Cómo seguir? El post anterior era importante, en lo personal. Y el anterior a ése, también. Y antes se habló de Skatalites y de SBC y de Tonino... Muchas cosas trascendentes han desfilado por aquí. Así que sólo puede seguir algo a la altura de las circunstancias. Algo de peso. Algo inspirador. Pero, a la vez, con un pequeño cambio de clima. Menos reflexivo y más optimista. Algo que te alegre el día. Novedoso, pero viejo conocido a la vez...

    Bien, existe sólo dos personajes que se ajusten a tal definición. Al menos aquí y ahora...

    GUS & FIN!!!!

     

     

  • Rude Old Boy

    La muerte de personajes que a uno lo "afectaron" de una u otra manera, más o menos cerca, más o menos a la distancia, es una señal de... Terry-Hall-former-lead-si-001.jpgmadurez. Cuando más grande sos, más frecuentemente muere gente que "conocés" (en un sentido muy amplio del término, claro). De chico, mirás las noticias de gente que desaparece sin saber quiénes son. Cuando sos mayor... bueno, entrás de a poco en ese segmento social de personas que dicen cada vez más seguido "¿Che, viste quién se murió?" De ahí a chequear diariamente los avisos fúnebres de La Nación podría haber un paso.
    Estos días son toda una curiosidad en este sentido mortuorio. Pero el concepto es el mismo a través de los tiempos, aunque las bajas sean menos espectaculares.
    Sin embargo, por supuesto que esta es apenas una de las señales que nos dan los años. Y tengo que decir que desde hace por lo menos dos meses vengo recolectando estas mismas señales del paso del tiempo para juntarlas, listarlas, inventariarlas en un post. Y este es evidentemente el momento de publicarlo (si dejo el de "muerte" más días no sé lo que puede llegar a ocurrir...)
    No es una lista con intención cómica, aunque parezca un poco, aunque a alguno le pueda causar algo de gracia. También quiero aclarar que elaboré una lista más bien "universal", con cosas que NO necesariamente me pasaron a mí, sino que ocurren en general.
    Acá va, entonces, mi lista personal de once pruebas de que el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos, sin orden de prioridad:

    30_mickjones2_lgl.jpg1. A la gran mayoría de los DT del fútbol los viste antes en la cancha como jugadores, algunos incluso desde las inferiores.

    2. Películas que viste el mismo día del estreno en el cine, las están dando un sábado a las 15, por tercera o cuarta vez, en televisión abierta, como relleno de la programación.

    3. Taxistas que te dan la impresión de ser personas mayores manejan escuchando la radio o la música que vos escuchabas cuando eras bastante chico.

    4. Alguna vez el "shock" fue que una persona joven no te tuteara. Ahora lo que ocurre es que también hay algunas personas mayores que te tratan de "usted".

    5. Confundís a chicos del colegio secundario con alumnos del primario, y a universitarios con chicos del secundario. Todos los adolescentes te parecen menores de lo que realmente son. Pensás que cuando vos tenías su edad, parecías más grande que ellos.

    leonard-cohen.jpg6. Hay o hubo por lo menos un (1) ministro del Gobierno Nacional menor que vos.

    7. Hace tiempo que ya no leés el Sí de Clarín.

    8. Las nuevas "tribus urbanas" te causan gracia, te parece que están en la pavada.

    9. Aparece una, después dos y depués tres personas en tu trabajo que tienen puestos más altos que el tuyo aunque son más jóvenes que vos.

    10. Empezás a aprender de especialidades médicas de las que nunca habías oído hablar antes. El peluquero comienza a hacerte preguntas incómodas.

    11. Al menos una vez, al entrar en un boliche, tenés la sensación (al menos la sensación) de que los tipos de seguridad te miran (y respetan) como si fueras un padre que va a buscar a un chico.

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  • Muerte

    No se dan muchos días como este ni como ayer. A media tarde, ayer, me enteré de la muerte de Fernando Peña. A Peña lo había entrevistado dos veces. De la última, deben haber pasado ya unos seis años. Y la anterior debió ser dos años antes de ésa, cuando comenzaba el fenómeno de su programa de radio, cuando todavía era "el tipo ese que hace de sanisidrense". Esa primera charla fue en un bar a la vuelta de América. La segunda, en su casa de San Isidro. Pero la primera tuvo algo especial; de verdad, tuvo algo raro. Aunque me pese repetir el lugar común de estas horas, de gente recuerda su "anécdota con el famoso".

    Para empezar hay que decir que eran otros tiempos y que no había cámaras ni micrófonos de radio. O sea, el tipo estaba relativamente más tranquilo de lo que se lo pudo ver en público los últimos años. En un momento Peña me contaba de su madre, creo. Y decía algo así como que, al fin y al cabo, la madre de uno también era una mujer y que le pasaban las cosas que les pasan a las mujeres y que siente las cosas que sienten las mujeres. Pero que los hijos nos olvidamos de eso. Entonces me preguntó cómo se llamaba mi madre. Y le respondí "María Dolores". Entonces dijo "Bueno, María Dolores es una mujer y a veces se siente de esta forma y a veces piensa estas cosas y otras le pasan estas otras..." Y así. Me quedé mudo.

    slm.jpgLa nota publicada en un diario incluía la pregunta de Peña, el nombre de mi madre y todo lo demás. De algún modo, para mi fue un regalo a mi madre, que por supuesto leyó la nota y hasta la recortó y la guardó en algún lado... Desde hace casi dos años que ya no puedo preguntarle a ella dónde guardó esa y otras notas de su hijo. Y ahora tampoco puedo saludarlo a Peña y decirle que me hizo pensar bastante esa vez.

    Pero, como decía, ayer fue un día de lo más raro. Porque después de lo de Peña, me enteré que acababa de morir una mujer polaca, sobreviviente del guetto de Varsovia, que vivía en Buenos Aires, y cuya interesantísima y particularísima historia se había publicado por primera vez en el diario del sábado pasado. El sábado mismo me había tocado hablar sobre este tema con el autor de la nota... Y ayer se publicaba la nota de que esta mujer había muerto.

    Avanzó el día y, después, supe de las muertes de Alejandro Doria y también del actor Oscar Ferreiro. Uno se enteraba de estas noticias mientras trascendía también que había nuevas víctimas faltales por la Gripe A. A sólo unas pocas horas de la muerte del saxofonista de Dancing Mood, que a su vez era el profesor de saxo de un amigo.

    Hoy me enteré de la muerte de José Ignacio García Hamilton, a quien también conocí. Se dice por estas horas que era un gran historiador. Yo no podría distinguir un gran historiador de uno regular, pero sí puedo decir que era un tipo súper amable.

    Pensaba escribir sobre esto cuando vi de costado en un televisor que estaban velando "a padre de un ex corredor de TC 2000". Se trataba de Oscar Fineschi, padre de Oscar Fineschi (h).

    La verdad, no se me ocurre ningún remate...

  • Fin de un fin de semana sinfin

    Ska Beat City sobre el escenario y los Hamptons en el backstage de Niceto, horas atrás.

    (Máximo respeto y sinceras condolencias a H.Lobo & Dancing Mood en estos momentos)