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fotos de luciana salazar

  • Muerte

    No se dan muchos días como este ni como ayer. A media tarde, ayer, me enteré de la muerte de Fernando Peña. A Peña lo había entrevistado dos veces. De la última, deben haber pasado ya unos seis años. Y la anterior debió ser dos años antes de ésa, cuando comenzaba el fenómeno de su programa de radio, cuando todavía era "el tipo ese que hace de sanisidrense". Esa primera charla fue en un bar a la vuelta de América. La segunda, en su casa de San Isidro. Pero la primera tuvo algo especial; de verdad, tuvo algo raro. Aunque me pese repetir el lugar común de estas horas, de gente recuerda su "anécdota con el famoso".

    Para empezar hay que decir que eran otros tiempos y que no había cámaras ni micrófonos de radio. O sea, el tipo estaba relativamente más tranquilo de lo que se lo pudo ver en público los últimos años. En un momento Peña me contaba de su madre, creo. Y decía algo así como que, al fin y al cabo, la madre de uno también era una mujer y que le pasaban las cosas que les pasan a las mujeres y que siente las cosas que sienten las mujeres. Pero que los hijos nos olvidamos de eso. Entonces me preguntó cómo se llamaba mi madre. Y le respondí "María Dolores". Entonces dijo "Bueno, María Dolores es una mujer y a veces se siente de esta forma y a veces piensa estas cosas y otras le pasan estas otras..." Y así. Me quedé mudo.

    slm.jpgLa nota publicada en un diario incluía la pregunta de Peña, el nombre de mi madre y todo lo demás. De algún modo, para mi fue un regalo a mi madre, que por supuesto leyó la nota y hasta la recortó y la guardó en algún lado... Desde hace casi dos años que ya no puedo preguntarle a ella dónde guardó esa y otras notas de su hijo. Y ahora tampoco puedo saludarlo a Peña y decirle que me hizo pensar bastante esa vez.

    Pero, como decía, ayer fue un día de lo más raro. Porque después de lo de Peña, me enteré que acababa de morir una mujer polaca, sobreviviente del guetto de Varsovia, que vivía en Buenos Aires, y cuya interesantísima y particularísima historia se había publicado por primera vez en el diario del sábado pasado. El sábado mismo me había tocado hablar sobre este tema con el autor de la nota... Y ayer se publicaba la nota de que esta mujer había muerto.

    Avanzó el día y, después, supe de las muertes de Alejandro Doria y también del actor Oscar Ferreiro. Uno se enteraba de estas noticias mientras trascendía también que había nuevas víctimas faltales por la Gripe A. A sólo unas pocas horas de la muerte del saxofonista de Dancing Mood, que a su vez era el profesor de saxo de un amigo.

    Hoy me enteré de la muerte de José Ignacio García Hamilton, a quien también conocí. Se dice por estas horas que era un gran historiador. Yo no podría distinguir un gran historiador de uno regular, pero sí puedo decir que era un tipo súper amable.

    Pensaba escribir sobre esto cuando vi de costado en un televisor que estaban velando "a padre de un ex corredor de TC 2000". Se trataba de Oscar Fineschi, padre de Oscar Fineschi (h).

    La verdad, no se me ocurre ningún remate...