Quizás el del viernes pasado haya sido el mejor show en la zigzagueante historia de Satélite. Por lo menos, para mí, fue el más emotivo. Diría "uno de los más", sólo por natural prudencia. Pero siento que fue "el más", de verdad.

Escribo esto y pienso que estoy diciendo exactamente lo que se suele decir en estos casos, cuando las bandas agradecen algo a algún invitado, al público o a quien sea. Y no es justo, porque pienso que no consigo poner en palabras lo que de verdad significó este concierto. Sólo tengo algunas imágenes sueltas:

1. Volver a tocar con Pety un viejo tema de Riddim,

2. Ver de reojo a Rotblat tocando con una sonrisa igual a la de todos los satélites,

3. Fluir en vivo con la increíble voz de Pablo Molina en sus tremendas versiones de reggae-clásicos,

4. Tocar con Flavio como si hubiéramos ido juntos al colegio, con la misma espontaneidad, con la misma intesidad, y, de parte suya, con una generosidad abrumadora

5. Escuchar que Araceli me pregunte al oído si por favor puede subir a cantar ella también el último tema,

6. Tener la posibilidad de compartir con, mostrarle a, el público lo bueno que es Rubin, supongo que un desconocido para ellos, a diferencia de los otros invitados,

7. Disfrutar de uno de esos solos de Hugo Lobo, que siempre buscan algo más, otra vuelta de tuerca...

No sé, deben ser cosas que le pasan a todo el mundo en todos los conciertos, pero para mí, en este caso, después de diez años, creanme que fue algo especial. ¿Estaré sensible porque me mudé a un barrio del Sur? Quizás. Pero más bien creo que tiene que ver con otra cosa. Con una pequeña teoría en la que estuve pensando.

Sucede lo siguiente: si a uno le gusta la música, si es melómano, compra discos y va a ver bandas y disfruta con esto.

Ahora, cuando a uno le gusta mucho la música, y además tiene la posibilidad de ejecutarla (con mayor o menor suerte) y, para mejor, tiene la posibilidad de hacerlo ante un cierto público o con cierto grado de exposición, de ningún modo masivo, pero sí suficientemente amplio, entonces obtiene un gran beneficio extra: además de escuchar los discos y ver los conciertos de los artistas que le gustan, uno puede tocar CON ellos! Imagínense: en lugar de poner posters de ciertos tipos en las paredes de tu casa, podés... hacer un show con ellos!

En ese sentido, lo de Niceto fue sencillamente una colección de temas y músicos favoritos, todos juntos, entre el capricho y la realización personal más egoista y... grandiosa. Gracias por permitírmelo!

(acá van algunas buenas fotos, por Tati/Cecilia; pueden ver más en www.satelitekingston.com.ar)

Bueno, esto era un blog relacionado con Satélite Kingston, no? Entonces vamos a lo nuestro, después de posts sobre remeras en italiano (en breve, revelaciones de último momento), ska francés, adult oriented punk y fútbol brasileño en palacios prusianos (de qué otra cosa vale la pena hablar?).

Resulta que este viernes, o sea mañana, Satélite vuelve a Niceto, pero con una propuesta muy especial. Armamos un show con muchos, muchos invitados. Casi todos ya tocaron en algún momento con Satélite. Incluso algunos fueron integrantes de la banda. Otros han sido compañeros de banda de algunos de nosotros, pero en otros grupos. Y así. Un grupo de amigos a los que arbitrariamente bautizamos "B.A. All Stars". Nada menos.

Pero nunca habían tocado todos en la misma noche. Así que, por eso y por el laburo que nos costó armar la lista de temas, sería buenísimo que vinieran. Realmente dudo que podamos repetir, aunque sí sería buenísimo armar la parte II con otros amigos/invitados.

Estarán:

Flavio Cianciarulo: nuestro productor nos visita nuevamente. Esta vez para hacer algunos de los temas con los que nos ayudó a su tiempo, pero también para repasar un clásico Cadillac...

Rubin: otro rescate emotivo, para tocar el tema que grabó con nosotros en el disco nuevo y para repasar un Elvis Costello auténtico.

Toto Rotblat: nuestro percusionista invitado en "Una isla", vuelve por más. Segundo ex Cadillac de la noche.

Pety: la voz de Riddim (y DJ revelación de Villa Crespo) viene a poner música y también a improvisar nuestro primer cover de... Riddim!!!

Araceli: cada vez más presente en nuestros shows, es casi tu única oportunidad de ver a alguien estéticamente agradable sobre el escenario. Y canta muy bien!

Hugo Lobo: socio fundador de Satélite Kingston, chofer del sorprendente colectivo Dancing Mood, Hugo vuelve al pago satelital para recordar los viejos tiempos, pero con la maduración de los años, los escenarios y los km de ruta. Un verdadero gusto.

Pablo Molina: el gran final con una de las mejores voces de la "escena". El ex Todos Tus Muertos, Lumumba y Abed Nego tendrá una participación especial y más extensa que la de los otros invitados, con muchos temas, clásicos del reggae y alguna sorpresa (como si todo lo anterior fuera de lo más habitual...)

En fin, no voy a intentar convencerlos, porque creo que si están leyendo este blog de hecho ya tienen razones para venir (muy probablemente toquen en la banda...). Así que doy por hecho que nos vemos mañana, más bien temprano, tipo 22, ahí en Palermo.

Más datos en www.satelitekingston.com.ar

d

Domingo 19, Wiesbaden. Skarface. Vieja banda two tone francesa, en una especie de "casa de la juventud" en un dock reciclado a orillas del río en esta ciudad cerca de Frankfurt. Alta asistencia skin, cerveza a un euro y monedas, metegoles. Skarface, que no son precisamente unos revolucionarios en lo que se refiere a música, hace sus clásicos (reconozco solo dos) para alegría de los (eufóricos) fans germanos. 

Highlight: cover ska de "Hersham Boys" (Sham 69).

Jueves 23, Villa Crespo. Pety & Lucho. El reggae bar La Bartola está en proceso de convertirse en leyenda, sin duda... Y eso es gracias a noches como esta y a la música que ponen estos contundentes selectores. Y ahora con consola y efectos nuevos!

Highlight: un inédito de Mickey Dread con Riddim...

Viernes 24, Centro. Angela Tullida. Después de ska, Oi y reggae, por qué no un poco de... dark. Bueno, no dark por el género en sí, pero sí por el espíritu que ronda en torno de cada show de esta imperdible banda. Sí, son amigos. Pero seguro iría a verlos aunque no los conociera, por las mismas razones que me gustan Nick Cave, los Pogues más sombríos, Tom Waits, Calexico o Serge Gainsbourg (y no precisamente el Gainsbourg reggae, que me parece medio pelotazo...). Dada es un pequeño sótano en la calle Maipú, donde el año pasado tocó el Tata Cedrón (cómo llegamos de Sham 69 a Cedrón?!?!), ideal para que Angela Tullida suene por sus propios equipos, más natural e intimista. Batería, bajo, guitarras, acordeón y violín, y una sensibilidad especial para transitar por las penumbras de la canción.

Highlight: cover de "Hombre lobo en París" (!)

Viernes 24 II, Colegiales, Flavio Mandinga. Vamos con otros Satélites a la Rock & Pop, por una nota en La de Dios (después de ver a Angela Tullida!!) y nos encontramos con que esa noche va también Flavio Cianciarulo al programa. Y lleva la guitarra! Nos llevamos de regalo un set tipo "storyteller" de madrugada, casi confesional... Si alguien lo grabó...

Highlight: reversión solista y acústica de "Move on up", de Curtis Mayfield, pero más por el lado de la versión de The Jam que a su tiempo hicieron los Cadillacs. Cover del año?

Domingo 26, avenida Corrientes, Medeski, Martin & Wood. Ligamos con Milton, bajista satelital, un preciado salvoconducto para ver, de parados, eso sí, el show de Medeski, Martin & Wood en un Gran Rex repleto... de gringos! Tremendo! Toda mi insana envidia para estos tres, por su funcionamiento como grupo, imaginación, capacidad de improvisar y mucho más. Pero, sobre todo, por los kilos de tecnología vintage que tienen en teclados! Había Hammond, Leslie y otras maravillas. Para escuchar toda la noche (aunque no tanto de parado en la última fila del teatro...)

Highlight: "Hey Joe"

(Pregunta: ¿cuál fue el mejor show que ud. vio últimamente? Vamos, no sea tímido. )

Prefiero no mirar el velocímetro, pero puedo adivinar que vamos bastante rápido por el Paseo de la Castellana en la Vespa 74 de Toni Face, con frío de madrugada y una fina lluvia de despedida del invierno, rumbo a la zona de la estación Colombia. Me preocupa un poco a estas horas la aptitud de Toni para manejar. Entonces fijo la vista en su casco, sigo sin mirar el velocímetro y me concentro en lo que pasó en las últimas diez horas, desde que llegué a Madrid y el mismo Toni me buscó en el aeropuerto de Barajas.

1. Casa Mingo. A menos de una hora de aterrizar en Madrid, estamos con Toni y Davo (ex saxo de Lord Kaya & the Coocoomacastics, o como se escriba..., de Barcelona). Toni pide sidra y la sirve desde todo lo alto que da su brazo derecho y la ataja bien abajo con su brazo izquierdo, en un único vaso que va rotando entre los tres. Hay que tomarla de un trago y tirar al piso lo que sobra, mientras la acompañamos con queso Cabrales, que es como un roquefort y que lo pisamos, lo salpicamos con un chorro también de sidra y lo comemos con pan. Tomamos entre los tres cinco botellas de sidra.

2. Café Manuela. Pasamos a este elegante café de Malasaña, como para tomar algo dulce. Pedimos variedades de café, torata de chocolate y... whisky. Deben ser las 6 de la tarde. 

3. Casa de Toni. Está bajando la temperatura, así que, para prepararnos para una noche larga, volvemos a lo de Toni, cerca de la estación Colombia del metro. De paso que buscamos nuestros abrigos, miramos algunos videos (uno hilarante de Granadians y el de John Holt con orquesta filarmónica). Ron con hielo.

4. La Antigua Huevería. Regresamos a Malasaña para encontrarnos con un argentino, Esteban Rial (ex Perdedores Pop, actual Esteban R Esteban e iconoclasta redactor de cualquieristas aplicaciones), y con el Chino, madrileño que el año pasado estuvo en Buenos Aires y, en particular, en un show de Satélite y en la grabación del tema para el tributo Beatles. Tomamos unas cervezas mientras miramos los goles de la fecha (banda de sonido: AC/DC) en este pequeño bar sin mucho más espacio que para nuestro grupo, una barra y una máquina expendedora de cigarrilos (vacía).

5. Louie Louie. Prácticamente frente a la Huevería, este bar parece un museo con sus paredes cubiertas de memorabilia rockera, desde posters autografiados de Beatles a fotos de prensa de los Young Fresh Fellows (!!!) hasta un disco de oro de R.E.M. y varias guitarras quién sabe de qué celebridad. Cervezas y ron con Coca (hasta que llega una vecina, en bata, para exigir que bajen la música).

6. La Vía Láctea. Este me hizo acordar al viejo Podestá, con primer piso en lugar de sótano, en una noche que tocaran, digamos, los Tormentos. Decoración ochentosa, buena música y una barra de la que parten más tragos y cervezas. Siguen sin dejarme pagar nada.

7. Garaje Sónico. Sin mucho resto que digamos, llegamos al más punky de los antors, con la ventaja de contar con su dueño entre nuestras filas (no lo sabía, pero estaba con nosotros desde tres bares atrás). Nos reciben con Cock Sparrer y una banda española haciendo un cover de La Polla Records. Sí, más cervezas y "cubatas". El dueño nos regala camisetas del lugar, pero nos advierte "Mejor que no las usen para dormir, como hacen todos". Más tarde, después de la loca travesía en la Vespa 74 azul (con el vinilo doble de Skatalites en Buenos Aires en una mano!), Toni, con la remera puesta, listo para ir a dormir, me dice: "Estuve hablando con una chica griega en el Garaje Sónico, pero no me acuerdo de nada más".

Acabo de volver a mi hotel en Wiesbaden, una pequenia ciudad a 30 kilometros de Frankfurt y sin acentos en las computadoras ni mucha vida nocturna.

Como imaginaba, como podria imaginar cualquiera, aca todo se prepara para el Mundial, obviamente. Recien, por ejemplo, estuve en el hotel donde se hospedara la seleccion brasilenia. Un lugar bastante raro, por cierto. Es un hotel de la cadena Kempinski, aca cerca, el unico cinco estrellas y media de la provincia o estado de Hessen, que de hecho cuenta con una buena hoteleria, sobre todo por Frankfurt, que es mas o menos el centro financiero de Europa.

La cosa es que este hotel es bastante particular. No es un edificio sino un grupo de edificios bien germanicos, de principios de siglo XX, unidos por un kilometro y medio de... tuneles, que alguna vey fueron secretos y ahora son practicos pasajes de los cuartos al sauna, del gimnasio al restaurante. Algo muy especial para el rubro hoteleria. Resulta que en los buenos tiempos de las fuerzas armadas locales, esto sirvio de "centro de recreacion" para altos mandos prusianos. Ejem. Despues fue una clinica neurologica (!). Y finalmente lo compro un empresario aleman y lo convirtio en hotel, pero no hace mas de 15 anios.

Muy bien, parece que los brasilenios ya se reservaron el hotel completo para que nadie los moleste en su concentracion mundialista. Lo que debe haber costado unos cuantos miles. Cientos de miles.

En el lobby de este hotel, lleno de fantasmas, al menos a mi entender, ya esta instalado un maniqui con el equipo brasilenio, listo para salir a la cancha, como si se tratara de una armadura de la sala de armas para ambientar las tertulias de los mariscales.

Quien sabe por que los brasilenios habran elegido este punto en el medio de la nada (bueno, no tanto, pero tampoco esta en ningun centro urbano importante), con una historia tan rara, ni que efecto tendra ("El resplandor"?) en el devenir de la Copa.