Mi historial de fiestas es una secuencia de noches frustrantes. Pero lo de ayer fue una de las excepciones. El "lanzamiento" entre amigos de "Algo tiene que pasar" fue buenísimo. Un bar que me gusta mucho (Alabartola, en Aguirre y Scalabrini Ortiz), mucha gente (mucha quedó afuera), buena música (la puse yo toda la noche, así que buena o mala era la que me gustaba a mí...), etc, etc. Y a eso de las 00 hs, se cortó la música, Diego, de Dulces Diablitos, anunció el estreno del disco y "Algo tiene..." comenzó a sonar. Lo dejamos de principio a fin y la gente aplaudía los temas como si fuera un concierto. Encantador.
Nos reímos mucho y de muchas cosas. Algunos creían que tocaríamos en vivo. Otros, que regalaríamos el CD. No sucedió ni lo uno ni lo otro. Pero les agradecemos enormemente que hayan ido, a pesar del partido de la Selección (?) y del frío (!).
Yo también me esforcé por la causa: fui con unos grados de fiebre y una congestión de proporciones.
Hoy, para colmo, me desperté inasalubremente temprano por los bombos de la Plaza Kirchnerista, que sonaban como si estuvieran ensayando en la cocina de casa. Como por estos días no tengo televisión, me intrigaba bastante ver qué pasaba en la plaza, así que finalmente me levanté y fui a explorar. Hasta llevé la cámara.
Había, dicen, 350 mil personas. Y todo transcurría muy tranquilamente, con un entusiasmo moderado. Digamos que, por ejemplo, los bombistas más excitados en todo caso parecían mas en trance que emocionados por ver a Cristina otra vez tan linda ni, por supuesto, mucho menos por prestarle atención a Teresa Parodi, pobre.
La verdad? Nunca había visto tanta gente pobre junta, manifestando. Algunos dicen que no habia una plaza así desde los 50. Entonces pensé: esta fiesta tendrían que hacerla en Recoleta, que es donde probablemente haya más gente a la que le va más o menos bien y que debe estar agradecida, por ahí hasta las lágrimas. Curiosamente, los que fueron a darle todo su apoyo a nuestro primer pingüino, con sus cornetas, bombos, carteles y banderas sostenidas por cañas, no parecían estar en su mejor momento...
Qué raro.
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Fiesta y posfiesta
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Algo pasó
Estimados,hoy mismo, miércoles 24 de mayo, acaba de nacer "Algo tiene que pasar", tercer saludable disco de Satélite Kingston. Por eso, esta misma noche lo festejamos en un bar llamado "Alabartola", muy reggae friendly... Por ahí andaremos a eso de las 22. Y a las 23 y pico pensábamos poner el disco nuevo de principio a fin. Gratis, por supuesto.No sé, puede ser divertido. Mañana es feriado, así que por qué no, no?Este bar queda en Aguirre y Scalabrini Ortiz (Villa Crespo, a un par de Córdoba...). Y realmente espero ver a alguno de ud. O a todos!D.PS: Satélite NO toca esta noche en el bar, pero sí el viernes en El Cubo, en el Abasto. La información completa está en www.satelitekingston.com.ar -
Easy Ska!
Fueron a ver a los EasyStar All Stars? Si no fueron, debo decirles que el show no es tan bueno como el disco, y que quizás el lugar era demasiado grande... Aunque, otra vez, el disco es muy interesante. El show no tanto, aunque sí tuvo un detalle para destacar. Resulta que el trombonista que vino fue nada menos que Buford O'Sullivan. Qué quién es Buford O'Sullivan? Bueno, es "el" trombonista de ska de Nueva York y pasó por Scofflaws, New York Ska Jazz Ensamble, Toasters y por el Victor Rice Octet, además de grabar al menos un disco solista que no está nada mal: The Club of Hopes and Fears. Es un tipo súper interesante, personaje total del ska norteamericano, que además de ser músico, escribe, y si no me equivoco ya tiene una novela publicada. No casualmente, en el show de los Easy Star, fue protagonista total en el único ska que hicieron, donde metió un solo con melodía de Skatalites que muchos festejaron.
Curiosidad 1: la primera vez que vino Victor Rice a Buenos Aires, en La Nación, como anuncio del show, se publicó una foto de... Buford!
Curiosidad 2: en la crítica de Clarín, donde destruyen el show de los Easy Star ("El lado trucho de la luna" fue el título), mencionan (y elogian y "rescatan") al trombonista como "Brian", en lugar de Buford. Qué lástima que una crítica tan dura cometa errores en los nombres de los músicos, no? Es como que la crítica queda un poco invalidada... Digo esto, aunque estoy de acuerdo con mucho de lo que decía el crítico en cuestión.
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Ferro, Vila Matas y los dobles
Después de almorzar comida japonesa con cerveza Asahi en el restaurante de un sexto piso a metros de Nazca y
Avellaneda, nos sentamos en la soleada platea local a ver cómo Ferro perdía un partido más en su propia cancha, esta
vez contra Belgrano de Córdoba, que luchaba por el ascenso (y que fracasaría en el intento), pero no conseguí
concentrarme en la pelota, pensando en la historia mínima y rara que Esteban me había contado mientras
caminábamos hacia la boletería sobre la avenida con el tránsito cortado entre hinchas de verde.
La historia era más o menos así. Resulta que Esteban trabajaba hace unos años en una conocidísima librería de la calle
Corrientes. Ahí, mientras atendía al público, me explicó, solía ver de vez en cuando a un cliente que le recordaba
mucho al escritor español Enrique Vila Matas. Tanto le llamaba la atención el parecido, que un día se animó a
acercarse al cliente y le preguntó: “¿Sabe que ustede se parece mucho a un escritor español, Enrique Vila Matas?”. El
tipo le respondió que no lo sabía, que ni conocía a ese escritor. Esteban le pidió que esperara un minuto y buscó algún
libro de Vila Matas que tuviera un retrato del autor en la solapa o la contratapa, para mostrárselo. No encontró y el
tipo se fue sin ver a su doble y aparentemente sin darle mayor trascendencia al asunto.
Años después, más precisamente el mes pasado, durante la Feria del Libro, Esteban fue a una conferencia de Vila
Matas en Palermo. La sala estaba llena y se quedó afuera, demorando la vuelta a casa, pero ya sin esperanzas de
entrar. Entonces se sorprendió al ver en la misma situación a aquel cliente. Sólo al escuchar a Vila Matas comenzar su
presentación dentro del auditorio, Esteban estuvo seguro de que el hombre no era el autor de “Suicidios ejemplares”
sino alguien con una estructura genética curiosamente similar, al menos en ciertos aspectos superficiales, en algunos
rasgos salientes.
Mientras procesaba esta información, se encontró con otra persona: un ex compañero de aquella librería. Lo saludó y,
después de ponerse un poco al día, le contó: “Mirá, acá hay un tipo que venía al local y que es igual a Vila Matas. ¡Y
ahora está acá, en una conferencia de Vila Matas!”. Le mostró al hombre. Y su ex compañero le dijo: “Es mi viejo”.
Más tarde, Esteban supo que después de informarlo acerca del parecido, el hombre había buscado libros de Vila
Matas y se había hecho fan de... su doble.
¿Y? Y, la verdad que nada más. Nada. Pero pruebo a ver si escribiéndolo puedo dejar de pensar en esto, que no tengo
idea por qué se me quedó en loop en la cabeza desde que me senté en la platea a ver cómo Ferro perdía otra vez. -
Crónicas sudafricanas III
Diálogo con una mujer sudafricana blanca, profesional, de unos 40 años, sobre Sudáfrica postapartheid.
-¿Vienen más turistas ahora a Sudáfrica?
-Muchos más. Antes no venían por un gran malentendido generado por una palabra: apartheid.
-¿Sólo un malentendido? ¿No era más bien una realidad?
-Fue un boicot injusto. Los norteamericanos, por ejemplo, se negaban a venir a Sudáfrica. Supuestamente, por el apartheid. Justamente ellos, que son el país más racista de la tierra! ¿Por qué presionaron así a un pequeño país como este? Finalmente, le dimos a esta gente (habla de los negros) lo que pedía: se han gastado millones en los últimos doce años. Querían escuelas, hospitale, les dimos escuelas, hospitales. Los destruyeron. Teníamos la mejor policía del mundo, ahora es la más corrupta. Teníamos seguridad, ahora Johanesburgo es imposible. Y media Ciudad del Cabo es de los nigerianos, que son los más grandes traficantes de droga en el mundo. Millones, literalmente millones de personas que no estaban calificadas accedieron a puestos de gran responsabilidad (se refiere a la política del black empowerment que procura que los negros tengan acceso a esos puestos) y grandes sueldos, sin saber hacer su trabajo. Mandela prometió en su discuros inaugural que los negros tendrían lo mismo que los blancos, su casa, su auto... La gente lo tomó literalmente, y, como no consiguió todo eso, ahora está llena de resentimiento. Y no sólo contra nosotros, sino contra otros negros que tuvieron mejores conexiones. Mandela se avergüenza de su propio partido...
-Todo esto que decís tiene que ver con lo económico. ¿No te parece que acá el punto son los derechos humanos?
-Mirá, el fondo de la cuestión es que no podés agarrar una zebra y un león y decir "bien, ahora copulen". Es así.
-A ver: ¿decís que se trata de dos especies diferentes?
-Bueno, tenemos una educación totalmente distinta, queremos cosas distintas. Lo que sé es que en este país estábamos bien hace doce años, y todo cambió.
-Pero parece lógico que el cambio sea difícil después de un régimen centenario...
-Sí, va a llevar mucho tiempo.
-Sí, sin duda...