No me puedo quejar, obvio, aunque ya lo hice nada menos que en el primer post paulista. Pero la verdad es que San Pablo me trata demasiado bien. A tres horas de llegar, estaba en una fiesta en la casa del bajista de Firebug. Jardín, asado, cerveza y más cerveza, unas treinta personas, y Chris Murray tocando clásicos del ska en la guitarra criolla de Machado, voz de Firebug que también cantaba mientras Joan de Los Javelin (tormentosa banda surf de Caracas), una paolista de madre argentina, Daniel (de Satélite Kingston...) y otros tocábamos percusiones más o menos improvisadas.
Sólo debimos retirarnos porque Bruno, el responsable de Radiola, sello brasilero de Satélite, debía buscar a las 7 AM a los Slackers en el aeropuerto.
Así que partimos un par de horas antes de eso en el auto de Bruno, dejamos a Murray en su hotel céntrico (raro, "design" y a la vez barato) y nos fuimos a dormir al International Ska Hostel.
A propósito, el International Ska Hostel es la casa de "Tadeo", alias Zimmerman, alias incendiapalomas, alias gordinho, alis skaman, etc, etc, etc. En este caso se trata del diseniador gráfico de Radiola. Pueden chequear, por ejemplo, la buena página del sello para ver su trabajo. Su departamento, lleno de vinilos y CD de ska y reggae, posters de Madness y Specials, y un pork pie colgado en el perchero de la eentrada en un piso quince del barrio de Perdizes, suele recibir a todo tipo de personajes curiosos gracias al infalible network global del ska. Yo, por ejemplo, soy uno de esos personajes. Pero puede haberlos de cualquier lugar del mundo.
Ahora mismo estamos: el venezolano Joan, de los Javelin; Leo y Fortuna, dos tipos de Porto Alegre con los que nos conocimos el show de Skatalites en Buenos Aires, y dos personas más que sé que están durmiendo acá, pero que todavía no vi. Más Tadeo, por supuesto, que como diría Myriam, la canadiense, es "más ancho que Anchorena". Y no hablo de lo físico (aunque podría) sino de generosidad.
Larga vida al Ska Resort.