El otro día escuché (por radio!) esta versión de una de las canciones más lindas de The Clash: “Straight to hell”, del disco “Combat Rock”, en este caso cantada por Lily Allen y el guitar-hero de la banda Mick Jones.
Emotiva, para mi, por la canción en sí. Y también porque fue el único tema de The Clash que Joe Strummer tocó en un show suyo, solista (presentando el disco "Earthquake Weather"), pre-Mescaleros, que vi en 1989 o 1990 (probablemente antes que algunos de ustedes nacieran! Dios mío...). Ah, no, también tocó "Know your rights".
Tengo la impresión que cuando se piensa en The Clash se piensa en una especie de póker de superhéroes, poderosos, contundentes, incluso un poco justicieros, aunque renegados, “de guerrillas”. Calculo que esa idea tiene que ver con buena parte de su música, con su imagen, con su postura y su lugar en las enciclopedias de rock. Y con tapas como la de “Sandinista!”, por supuesto.
Una mirada un poco más cercana a su particular historia, sin embargo, deja ver a cuatro tipos bastante más frágiles, inseguros y hasta tristes. Miren: Strummer, con su muerte tan temprana, pero no por vivir “demasiado rápido”, sino por una salud débil. Nick Headon, con sus problemas de drogas, pero sin el glamour de las estrellas rockeras demoledoras de hoteles. Mick Jones y Paul Simonon, también con un aspecto como mal envejecido, hasta demacrados y medio sombríos, muy diferente de otros tipos de su generación, incluyendo a sus iconoclastas primos, los Sex Pistols, y no demasiado activos musicalmente.
La de The Clash, sí, es una historia triste. Llena de conflictos internos, de traumas personales, de sensibilidades encendidas. En ese sentido, una canción tan suave como “Straight To Hell” casi los representa mejor que esas marchas triunfales, llenas de gloriosos contrapuntos Les Paul-Telecaster, como “Safe European Home”, “Complete Control” o “White Riot”.
“Straight To Hell” es todo lo contrario. Ningún poder. Puro desamparo.
De chicos, nos pasábamos horas escuchando discos y contemplando sus tapas de cartón. Hoy no hay tanto misterio: chequeo Wikipedia y veo que "Straight to Hell":
1. Fue firmada por la banda, sin autor en particular. Y en su momento fue la otra cara del single “Should I Stay Or Should I Go”.
2. Que los ex Clash coinciden en que es el mejor tema que compusieron.
3. Que 2 Minutos grabó una versión en uno de sus discos (¡)
4. Que la versión original de The Clash duraba siete minutos, pero que para el disco “Combat Rock”, por pedido del sello, se cortó un poco.
5. Que Elvis Costello y Jakob Dylan la tocaron en vivo para el programa de tele del primero (la busco en YouTube y veo que es mejor que la de Lily Allen, aunque Costello esté tan mal vestido...).
Confirmo, al encontrar la letra en Internet, otra vez sin mayor esfuerzo, que el tema habla de esos inmigrantes no muy bienvenidos. Y también de los chicos que nacieron en Vietnam de madres locales y solados americanos durante la guerra ("oh, papasan, please take me home"). La letra está maravillosamente escrita, pura poesía beat-punk. Strummer...
Pero… Bueno, la verdad que el tema habla en el fondo de la fragilidad en términos generales. Bah, más que “ hablar de”, la expresa. La canción le habla al que la escucha. Y, en casos como este, que no son tantos, el que la escucha cree que no sólo le habla a él, sino que habla DE él.
Chico de 15 años, encerrado en su habitación, poniendo discos, escuchando tirado en la cama. Ya conocen la escena y también el resto de la historia, que probablemente termine con el chico comprando una guitarra eléctrica y armando una banda de rock. Aunque jamás en su perra vida logrará acercarse ni a un millón de años luz de "Straight to Hell". Ponganle el nombre del clásico que quieran: "One Step Beyond", "Rudy", "Anarquía en el Reino Unido", "Paranoid", "The Model" o "Smells like teen spirit". Es siempre lo mismo...