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Satélite-in-Blog - Page 53

  • Pídasela a su kiosquero amigo!

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    (pero si así y todo no la puede conseguir, entonces simplemente bájela de acá; pruebe, espero que funcione...)

  • Blog of my life

    Tomás Abraham, hoy, en el diario Perfil (cualquier similitud con Satelite-in-blog y sus comentaristas es pura casualidad nomás):

    "En el mundo de la comunicación que se diagrama hoy en día, el hecho de que haya miles o millones de personas que escriban sus puntos de vista acerca de todos los temas, y en especial de las actualidades que los medios trasmiten diariamente, conforma el mundo de la contraopinión. Así es el ágora democrática. Tiene su costo y provoca sus malestares. Lo mismo aconteció cuando aparecieron los grafitis que no sólo ensuciaban las paredes.

    Hoy los blogs son parte de una red alternativa al dispositivo de poder que selecciona la información e impone las agendas, el vocabulario, los valores y los personajes de la actualidad."

     

    "Los que escribimos y publicamos en blogs tenemos todo tipo de comentarios y toda la gama de comentaristas. Están los que nos degradan, los que no entienden nada, los monotemáticos que siempre hablan de lo mismo, los fanáticos. Pero también se expresan aquellos que tienen buena información que no circula, opiniones polémicas que vale la pena debatir, y aquellos que nos alientan y agradecen por nuestro trabajo.

    El mundo de los bloggers es peligroso. Las psicopatías son habituales y las descargas emotivas frecuentes. Es la misma gente que escucha radio, ve televisión y lee los diarios. No es de otra especie. Sólo que en los blogs expresa todo lo que se le venga en ganas al no tener rostro ni voz y con la sola identidad de las palabras escritas. Pero además se relacionan, y entran en contacto personas de Marcos Paz con otras de Lyon, alguien de ochenta años con otro de diecinueve. No es un feliz domingo, pero tampoco un martes a la tarde."

     

    "Con los bloggers nadie queda inmune de recibir un tomatazo de palabras. Ocurre en todo el mundo y en todo el mundo hay quienes se quejan. Pero los insultos no llueven por azar. Son extensiones de la atmósfera que se vive en el campo de la cultura y de la política cuando se tocan ciertos temas. La zona sagrada está custodiada por fundamentalistas de todo tipo que se levantan con ira cuando se les toca algún tótem de la cultura nacional o cuando ven amenazada una efigie de su panteón personal."

     

    "La solución es fácil. Aquel que tiene un portal comercial puede cerrar la posibilidad de los comentarios. Si no lo hace es por razones que tienen que ver con el negocio que cuidan ya que a los lectores-clientes puede gustarles escribir y ser leídos. Se puede dar el caso de que personas con poder decisorio sobre un sitio digital tengan quienes se hacen cargo de la selección de los comentaristas y conserven los laudatorios y borren los agresivos. No es la única ni la peor forma de censura existente ni la más original muestra de deshonestidad.

    Creo que este fenómeno de la palabra digital circulante es irreversible. No es una cuestión de estar a la moda ni de modernidad. Es la inventiva tecnológica que no sólo acierta con los mecanismos de control sino que tambien abre espacios de libertad. Y la libertad no es siempre linda, ni siquiera inteligente. Tampoco lo es la mentada seriedad profesional."

     (la nota completa, acá)

  • Oui, j'suis snob...

    ¿Cuál es la distancia de "En La Cancha se Ven Los Pingos" a "La espuma de los días"? ¿Cuál es, eh? La misma que hay entre Miranda y Stockhausen. La misma que hay entre escritura-blog y literatura. Pero no hay que hacerse tanto problema, lo más interesante de todo es justamente ir de acá para allá... parando en el camino todas las veces que sea necesario. Ese es el consumo cultural menos snob que puede haber.

  • Fin de semana en tres actos

    Algo tarde, aquí van tres cosas que ocurrieron el fin de semana último.

    1. Recibí por mail la inquietante noticia del regreso de.... Romana Patrulla! Después de 15 años de silencio, se juntan otra vez los integrantes del grupo ska de los 80 autor de mi tema favorito de esa época: "Choripán en Clarcks". Más curioso aún es el lugar del show-reunión: Santiago de Chile, más precisamente el bohemio barrio de Bella Vista. Después de los Chiflados, es la segunda reunión-de-banda-80tosa-después-de-la-salida-del-libro-ska. Se reciben apuestas acerca de cuál será la próxima...

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    2. The Crabs Corporation tocó el viernes pasado en Niceto, en la fiesta "Invasión". No tengo video, pero sí unas buenas fotos... Para mí, entre nosotros, ese show fue un auténtico "debut" del grupo: la formación y el sonido que se buscaba hace tiempo, ante mucho público...
    3. El sábado, el programa de Pelagatos invitó al directorio de este blog a presentar en los micrófonos el compilado de reciente aparición que ud. ya conocen y probablemente escucharon (y, quién sabe, acaso ya eliminaron de su PC...). Además de esa poco interesante participación, el programa contó con la actuación en vivo de los incomparables Hamptons. Y de ellos sí, nuestro equipo de producciones multimedia, logró registrar un video!

  • Haití

    (entrevista con el técnico de fútbol Juan Amador Sánchez, que en 2003 dirigió a la selección de Haití, publicada en La Nación de hoy)

    Triste, casi sin consuelo, se muestra Juan Amador Sánchez, de 49 años, cuando relata a canchallena.com sus recuerdos y vivencias en las mismas calles de Puerto Príncipe, la capital de Haití, que hoy se encuentran devastadas por el sismo que se produjo el 12 de enero pasado.

    "Es escalofriante ver cómo quedaron los lugares donde estuve. [El terremoto] podría haber ocurrido cuando estaba ahí. Me volví de Haití hace unos años porque estalló una guerra civil. Una semana después, pasó la cola de un huracán y murieron más de 2000 haitianos. Lamentablemente están acostumbrados a eso. El haitiano es como que no conoce el peligro porque saben que les puede suceder cualquier cosa. Pero esto es terrible, las imágenes son desoladoras", comenzó su relato el entrenador que dirigió, cerca de ocho meses, a la selección caribeña en 2003.

    -¿Cómo fue tu experiencia?

    - Fue una experiencia que me marcó para siempre. Uno se puede imaginar cómo es determinado lugar, pero cuando llegué me costó entender cómo hacía esa gente para vivir así y por qué tenían que vivir de ese modo. Luego del nacimiento de mis hijos, fue la experiencia más importante de mi vida.

    -¿Qué te habían contado y con qué te encontraste?

    -Sabía que iba a un país pobre, pero nunca había imaginado cómo estaba Haití. Recuerdo que me metí en Internet y no encontré nada. No había información. Cuando llegué, me topé con un panorama muy duro. Después me acomodé y fui viviendo un montón de cosas que me dejaron una enseñanza fuerte. Uno a veces se queja de tantas cosas. pero cuando estás ahí te das cuenta que no tienen importancia, en comparación con esa gente, que no tiene absolutamente nada y vive de la forma en que vive. Allá se dedican a lo que pueden. Por ejemplo, traían cosas de Panamá que tiene puerto libre, y bagayean. Vendían lo que podían. No tenían actividad social. Es el país más pobre de América y creo que el tercero en el mundo. No tienen otra alternativa.

    -¿Cómo era un día tuyo allá?

    - Entrenábamos a las 6 de la mañana y terminábamos a las 9.30 porque a esa hora ya había 40 grados de temperatura. Se hacía insoportable. Las condiciones eran muy precarias. A las 19, por ejemplo, te cortan la luz hasta el otro día. Como no hay energía, tampoco funcionan los ventiladores. Sólo usa aire [acondicionado] quien tiene grupo electrógeno y muy pocas casas tienen un equipo así. Eso te aísla de todo porque no podés ver televisión y sólo podés acceder a Internet hasta el [horario del] corte. Se hacía difícil la vida. No había un café, un bar. Nuestra única salida nuestra era ir a una estación de servicio a comer una baguette de jamón y queso con una cerveza. A pesar de eso, fue una experiencia positiva.

    grandt.jpg-¿Por qué?

    - Agradezco a Dios haber estado ahí. Por algo me tocó estar ahí. Fue una enseñanza para toda la vida. Lo que yo viví no me lo puede explicar nadie. Esto que se está viviendo ahora es terrible. El haitiano viene de la esclavitud, de dictaduras militares. Es un pueblo muy sufrido y muy mal tratado. Cuando llegamos hicimos todo lo contrario. Los alentábamos, les hablábamos cuando un jugador se equivocaba en un partido. Los ayudábamos con el tema de la comida, en los viajes, porque siempre jugábamos afuera por la pobreza que hay. No tienen dinero para comer, imaginate llevar un equipo a jugar allá era imposible. La gente era muy agradecida y respetuosa. El día que volvíamos, fueron todos los jugadores cada uno con un regalito pidiendo que no nos fuéramos. Verlos llorar te emocionaba. Nos vinimos porque el próximo partido lo teníamos en 9 meses y era muy duro vivir allá. Nos trataron de maravilla. La cuenta pendiente es ir algún día con mis tres hijos para mostrarles cómo vivió el padre y que vean cómo viven algunas personas en el 2010.

    -¿Dónde vivías?

    ­- Estábamos en Petion Ville, un barrio de Puerto Príncipe, que está en la parte más alta de la ciudad. Es un cerro donde vive el 2% de la población. Es la gente que más o menos tiene algún poder económico. Allí viven un poco mejor porque no los castigan tanto las tormentas que allá son muy comunes. Los que sufren mucho son los que viven en la parte baja con el lodo que viene de la montaña y hace desastres. Es una zona de grandes tormentas. No están preparados para eso como en otras partes que, quizás, en un par de meses, reparan los daños. Las viviendas son muy precarias, por ejemplo no tienen vidrios. Una garrafa era carísima.

    -¿Qué diferencias había con respecto al fútbol argentino?

    -Más allá del nivel del juego y los escasos recursos económicos con los que cuentan los equipos, por ejemplo, en un partido que se jugaba en una cancha que no tenía alambrado olímpico, estaba toda la gente escuchando la charla técnica de los equipos dentro del campo de juego rodeando a los jugadores y cuando el árbitro tocaba el silbato, los hinchas salían inmediatamente. Eso es algo impensado en la Argentina. También recuerdo que en las canchas había un calabozo [para detener allí] a los que hacían algún disturbio y los liberaban [una vez finalizado el encuentro].

    La charla llega a su fin, pero los recuerdos siguen brotando en la memoria de Sánchez, quien comparte una última anécdota: "Un día vimos que en una estación de servicio había mucha gente, alrededor de 200 personas y pensamos que pasaba algo. Cuando nos acercamos, descubrimos que eran chicos que utilizaban la luz del grupo electrógeno de la estación para hacer las tareas del colegio".