No soy de comprar muchos DVD. Me gusta el cine, pero rara vez siento la necesidad de atesorar una película en particular en casa porque rara vez siento la necesidad de volver a mirar una película. Lo mismo con los conciertos. Además, los cambios de formato de audio y video, con los años, me enseñaron una dura lección respecto del deseo de archivar y archivar material. Si todavía no decido qué hacer con mis venerables VHS, mal puedo iniciar una nueva sección de DVD en el interminable (aunque, así y todo, limítadísimo), archivo.
Pero hay cosas que no se dejan pasar. Y, en mi caso, se me hace difícil caminar junto a un kiosco de diarios sin llevarme la flamante edición rollingstoniana de "Luca", la casi nueva película de Rodrigo Espina. Como para tantos, Sumo fue bastante importante en mi paradójica escuela musical. Pero más aún lo fueron las entrevistas a Luca Prodan que, con el tiempo, leí o escuché por acá o por allá. Siempre me gustó leer entrevistas a músicos de rock, además de notas de rock en general. Y Luca era un entrevistado único. Imprevisible, divertido, culto, cabeza, emotivo, didáctico...
El problema es que se murió bastante pronto. Y la popularidad de Sumo no había comenzado mucho tiempo antes del tristísimo final. Así que el registro en prensa escrita, audio o video es bastante limitado. Y, como pasa con otros nombres, hoy por hoy cada cosa nueva que sale, es básicamente un refrito de lo que ya se conoce.
No en el caso de "Luca". Espina era, además de cineasta, director de cine. Por lo que en los duros (je...) años ochenta, tuvo all access para filmar secuencias en vivo, de backstage y hasta en la casa del pelado, que acá se pueden apreciar. Quizás porque hace mucho tiene este proyecto, Espina evidentemente tenía todo esto muy bien guardado. Otra cosa que tuvo fueron medios de producción. Y así es que se fue a Escocia e Italia para hablar con parientes y amigos de la más tierna (aunuqe iconoclasta) juventud del mítico pelado. Así es que logró entrevistas la madre escocesa, la hermana italiana, y hasta ex compañeros del colegio internado de Escocia que siempre se menciona, pero pocas veces se ha visto así. Otro hallazgo fundamental son las cartas en cassette que Luca envió a su familia en su primeros días de exilió cordobés, y que Espina consiguió, bien por él, y utiliza puntualmente en su película. No sabía o bien lo lo recordaba que Luca hablaba con su mamá en inglés, algo bien interesante... Lo que no tuvo Espina, parece, es el visto bueno de algunos ex Sumo. Acá hablan Daffuncio y Súperman, además de Sokol, Stephanie Nuttal (la primera baterista inglesa) y Timmy McKern, el amigo-manager, por el que básicamente Luca se vino a vivir a la Argentina. Pero no aparecen Mollo ni Arendo ni Pettinato. Por un lado, mejor: más tiempo para los testimonios realmente inéditos. Además, ya sabemos más o menos que pueden decir los otros., Pero, claro, hay algo raro en una historia en la que faltan protagonistas tan centrales, sobre todo de la última etapa. Conscuencia de esto, Espina tampoco pudo usar temas de los discos de Sumo. Y volvemos al tópico: no hay mal que por bien no venga. Gracias a esta limitación, la banda de sonido se basa en material más oscuro, en las primeras grabaciones de Luca en Córdoba, en Sumo en vivo y hasta en algún tema de la banda new wave del italiano en Inglaterra, que yo nunca había escuchado ni sabía que se podía escuchar. Resumen: 29 pesos bien invertidos. Cinco sumitos.