Es una lista personal, claro. ¿Qué otra cosa podría ser? Pero, bueno, acá sugirieron algo así, y Satélite-in-blog se debe a su público, mal que le pese. Se debe.

Esta es mi lista, absolutamente caprichosa y modificable, de "los mejores temas two tone". O los más importantes. O algo así. Todo es frágil, como verán. Cualquiera podría cuestionar si alguno de estos temas es two tone o no. Si es tan importante o no. Si es una obviedad total o no. Pero traté de hacer un balance entre un montón de criterios para "editar" mi compilado personal de ska inglés más o menos clásico, más o menos variado. Habrá cosas recontraconocidas, por lo importantes que fueron para tantos inocentes niños de 14 años. Habrá cosas menos fundamentales, por cuestiones muy personales.

Ahí vamos, sin orden en particular (aunque algo hay...).

Supongamos que alguien te pide que le armes un compilado para saber por qué te gusta el ska inglés o two tone. Yo pondría esto:

1. "Lorraine", Bad Manners. Tengo que admitir que no soy fan de Bad Manners. Por supuesto que me gustan muchas cosas que han hecho, pero también me parece que han cometido graves pecados de estudio. Además de reconocerle la persistencia, a Buster & cia. hay que recordarlos siempre por la maravillosa "Lorraine". Cotter sabe cómo nos gustaba tocarla con Satélite.

2. "One Step Beyond", Madness. Este es uno de los casos en los que hay que ser obvio. No queda otra porque "One Step Beyond" por Madness es EL instrumental ska, insuperable. Acá está todo, todo, y no sobra nada.

3. "Guns of Navarrone", Specials. Más obviedades, pero que no se pueden dejar de lado. Venías escuchando two tone y de pronto te encontrabas con este tema. En el fondo veías una puerta y un cartelito que decía: "Bienvenido a Skatalites".

4. "Tears of a clown", The Beat. Otro cartel, pero que dice "Bienvenido a Motown". Y ese bajo & batería imparable...

5. "Missing Words", The Selecter. Pauline le puso sensibilidad femenina a todo este asunto.

6. "Celebrate the Bullet", The Selecter. Este tema ya fue nombrado acá, en la lista de las canciones más tristes del ska. Creo que ya lo conté, pero la cuestión es que tuve esta canción grabada en un casete un buen tiempo sin saber qué era. Pero lo que sí sabía era que esa guitarra daba escalofríos. Y algo muy importante: como todo el disco "In the Studio", de Specials, esta canción era como una señal de hacia dónde y qué tan lejos podía ir este género supuestamente "cuadrado". Puesto compartido con "War crimes".

7. "Walls of Jericho", The Trojans. Gaz Mayall es como un profesor. O por lo menos como un hermano mayor. Tiene esa función de rescatar la música de raiz, casi como haciendo docencia. Aunque nunca me convenció del todo el elemento "celta" en su música... cuando sea grande quiero ser Gaz.

8. "Ghost Town", Specials. Es simple: no se puede tener más onda que los Specials. No hay manera. Y este tema lo elijo por el tema, pero también por el video. Cuando veías este video, como el Dance Craze, no podías pensar en ninguna otra cosa que no fuera... tener una banda de ska ya mismo!!

9. "Hijack", Potato 5. La definición de por qué tocar ska es lo más divertido que te pueda pasar.

10. "Dave & Mary", The Hotknives. "All you need is pop", diría (la remera de) Rubín. Y acá está (si olvidamos a Madness por un minuto) el aporte pop de esta pequeña y melódica gran banda.

Bonus track: "Rough Rider", en vivo por Big 5. Skacore? Más skacore que esto me parece que no hay.  

Barbara Bush se salvó de haber ido a ver a Madness. Si hubiera estado saltando entre la multitud, la habrían pungueado dos veces. Quién sabe, quizás entonces papá G.W. habría declarado a los siete magníficos aliados musicales del Eje del Mal. Al fin y al cabo "Night Boat to Cairo" siempre sonó sospechosamente middle eastern; la referencia a Al Qaeda es más que evidente. Habría que chequear que pasa si lo escuchás al revés. 

Pasando a o otro tema, como sabrán por conversaciones con amigos y conocidos, como en este mismo blog (y no por medios que reciben miles de pesos en pautas publicitarias de la organización), el Personal Fest fue también el festival del choreo. Y no precisamente por la usurpación de ideas musicales ajenas. ¿Vieron, por ejemplo, el mensaje de una chica en el message board del sitio de Madness, que pedía fotos ya que le habían arrebatado la cámara cuando la levantó para hacer clic?

Fui una de las tantas víctimas. Alguien se interesó demasiado en mi billetera y mi cámara de fotos. Pero eso casi no importa. Lo interesante es lo que pasó después.

Cuando me iba del Club Buenos Aires, o como se llame, me crucé con un posteante de acá, Juan Pablo Sala, a quien no veía, creo, desde la visita de Bad Manners, más o menos. Oh casualidad, a él también le habían sacado la billetera. Apenas nos saludamos, compartimos la alegria por el show y el leve disgusto por los robos. Intercambiamos teléfonos, por primera vez en nuestras vidas.

El lunes alguien llamó a mi trabajo para decirme que tenía mi credencial laboral, que estaba en la billetera afanada. Le dije que qué bueno y pregunté dónde debería buscarla. "No muy lejos -me contestó- ¡Laburo en el mismo edificio que vos!"

Al día siguiente ocurrió algo aún más inquietante. Juan Pablo me llamó para contarme que alguien había encontrado sus cosas, por supuesto todo menos plata, de papel y de plástico. Y me dijo que fue a buscarlo y que esta persona no quiso recibir gratificación alguna a cambio. Pero lo verdaderamente paranormal fue esto: adentro de la billetera de J.P. estaba, entre sus papeles... mi registro de conducir!!! ¡¿Qué extraña casualidad hizo que mi documento apareciera en la billetera (robada y recuperada) de J.P.?! ¡Había como 30 mil personas y 30 mil billeteras ese día! 

Animado por la buena estrella, el miércoles a la mañana atravesé la ciudad hasta el club del festival. Pregunté por "objetos perdidos" (eufemismo para "porquerías descartadas") y una chica me presentó dos cajas de cartón. En una, claro, estaba mi billetera vacía y en la otra, la tarjeta de la obra social y otras de mis aburridas pertenencias. No me puedo quejar.

Pero, pensaba, si la inseguridad en el fútbol hizo que se jugaran partidos sin hinchas, ¿no sería lógico que, a la vista de estos problemas, se hagan de ahora en más recitales sin público? Por ejemplo, que Shakira cante en un estadio completamente vacío, así nadie se queda sin su cédula. O que Migue García toque en un galpón con la persiana baja, en el medio del campo. Me parece que así ganaríamos todos. Con una medida bien fácil, ¿no, señor Blumberg?

1. Pocos momentos son más solitarios que el post-show. Como ahora, que acabamos de tocar con Satélite y Rubín. Pero, en este caso, es un post-post show, después de lo del viernes. A propósito, hoy tocamos Johnny the horse, para homenajear a los irreductibles britons.

2. Sí, la nota de Clarín es rara. A veces la gente se tropieza con su propio ingenio.

Miren, en cambio, lo que salió en La Nación: Mientras mira las nuevas olas, Madness ya es parte del mar: sale a hacer lo suyo con el convencimiento de que nadie puede hacerlo mejor y tiene razón. Porque desde que esas panzas inglesas llenas de cerveza arremetieron con "One step beyond" y hasta los bises ("Madness"y "Night Boat to Cairo"), la minoría de treintañeros festejó cada uno de los clásicos, cada una de las ocurrencias de Graham "Suggs" McPherson.

Un tortazo bien dado en un rostro desprevenido siempre funcionará y eso Madness lo sabe. Con una lista de temas que, en promedio, supera largamente las dos décadas de vida (los "nuevos" son covers de clásicos de los 60 y 70), la banda que lideró el ska británico dio cátedra de dos tonos. Mientras los amantes fanáticos de las primeras horas saltaban de un pie a otro, Suggs y los suyos no daban respiro. "Sun and the rain", "Shut up", "House of fun", "Our house", "It must be love"... y las palabras de ese gran entretenedor que es el cantante. Habrá una dedicatoria a un tal Nacho, a quien la banda conoció en la noche anterior en algún bar porteño, monólogos excelsos e improvisaciones celebradas que salieron al paso de un problema técnico.

Bien, no?

3. No soy precisamente un optimista (me gustaría manejar los estados de ánimo tan bien como Madness), así que me voy a permitir, una vez más, observar ciertos grises de la última semana que hemos vivido. Además de toda la alegría y, por cierto, la buena música, en estos días también me tocó encontrarme con actitudes medio... raras. Nada terrible, pero sí ciertos destellos de egoísmo, celos, falsedades preocupantes, irracionalidad (no en el buen sentido) fueron surgiendo aquí y allá a propósito de este rarísimo acontecimiento. Qué lástima. Qué importa!

4. Hablando de optimismo, Sala (sin S), mi biletera NO apareció. Lo más curioso es que entré gratis al festival y perdí exactamente la plata que me hubiera costado la entrada. Eso se llama justicia poética.

5. Buenas fotos!

6. Qué grossos, los Soprano.

7. Qué gusto fue tocar hoy un set de temas de Madness, Undertones, Dekker, The Jam... Rubín! Hasta hicimos una de Cotter! 

8. Estoy cansado. Muy cansado.

9. Esta va a ser una gran semana.

Anoche, a las 20.20 estaba en un taxi en una Libertador absolutamente bloqueda sin remedio. Así que me bajé todavía a unas cuantas cuadras del Personal y seguí a pie. No sé cómo, de verdad, pero a las 20.25 con 30 segundos estaba corriendo, esquivando gente, por el predio del festival mientras escuchaba a la distancia la intro de One Step. Fue suficiente para olvidar el resto del mundo. "Fue una larga espera: 4000 anois", dijo Suggs.

A la segunda mitad del show logré encontrar a Cotter, Cueto, Mariano y otros amigos. Al rato, como Salas, perdí la billetera. Pero le gané: también perdí la cámara de fotos. Por eso las fotos de acá al lado son gentileza de Tadeu, que se vino de San Pablo especialmente para el BA Madstock.

En cuanto terminó el show, no sabía para dónde ir. Estaba como perdido, de verdad. Y entonces recordé que tenía que... volver a trabajar! Cotter me prestó plata y corrí otra vez, pero para el otro lado, alternando el recuerdo de un momento del concierto con el recuerdo de algo que había en la billetera.

Terminé pasada la medianoche y ahí sí pude celebrar, pero en casa de Liniers, que cumplía anios. Ahí estaban Rubin y Fratan, también felices con el gran show. Y más tarde llegó Nacho, el de la dedicatoria (!), y partimos hacia Alabartola, donde estaban Lucho, Mariano Sombrero Club y otros más, también emocionadísimos... Y así, hasta hoy, que hubo ensayo satelital: todo fue una secuencia de suspiros y abrazos y palmadas y québuenos...

Si es por lo de anoche, quizás Madness se sume a la saga de bandas "adoptadas" por el público de acá, tipo Ramones-Megadeth-Skatalites. O no?

 PD> Black Eyed qué?

Sheraton, hace instantes, saliendo para el soundcheck...