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  • Buenas noticias (diría Riddim)

    (publicado en La Nación, hoy)

    El Gobierno daría marcha atrás con la ley del músico

    "Muchachos, creíamos que era bueno para la música pero nos equivocamos." Palabras más, palabras menos, eso le habría dicho el viernes último el presidente Néstor Kirchner a un grupo de músicos independientes autoconvocados en contra de la ley del músico (una norma que indica la matriculación obligatoria para ejecutantes de música y un régimen legal de trabajo). Con esa promesa del primer mandatario se daría marcha atrás con el decreto presidencial, firmado en 2005, que reglamenta la polémica ley 14.597.

    Pero hay más novedades sobre el tema, que se conocerán en la segunda asamblea que los músicos autoconvocados realizarán hoy, a las 18, en el Auditorio del hotel Bauen, de Callao 360. Porque no se trata de borrar un decreto y una ley para dejar todo sin efecto. La idea es avanzar sobre la creación de un estatuto del músico (o modificar el existente) para que la mayoría de los artistas se sientan representados.

    La ley 14.597 (o estatuto del músico profesional) tiene muchos años. Fue sancionada en 1958, pero recién se reglamentó en 2005, a través del decreto 520. Una de las principales críticas a la norma -además de la imposición de una matriculación obligatoria- fue el hecho de que el otorgamiento de licencias de trabajo quedara en manos de entidades gremiales, como la Sociedad Argentina de Músicos (Sadem), con la previa aprobación de una mesa examinadora.

    Durante el mes último, a raíz de una mesa redonda convocada por un área de cultura del gobierno porteño para analizar virtudes y defectos de la legislación quedaron enfrentados dos bandos: por un lado, el Sadem; por el otro, los músicos autoconvocados, con Marcelo Moguilevsky a la cabeza.

    Bien movilizados (como nunca antes) y rápidos de reflejos, algunos músicos independientes se reunieron, hicieron consultas a legisladores y llegaron hasta la Casa Rosada para plantear sus inquietudes.

    La pelea seguramente dejará vencedores y vencidos, pero eso no debe quitarle protagonismo a lo importante: ver cómo queda planteado el escenario musical, de aquí en adelante, luego de esta novedad.

    Mauro Apicella

  • Mirando fotos

    Habrán notado, o no, que en la columna a la izquierda de sus monitores apareció hace unos pocos días una serie de albums de fotos de viajes, de eventos varios y de situaciones satelitales inconfesables. Quedan invitados a revisarlos y hasta criticarlos si les parece.

    d.

     

  • Músicos por ley

    En los últimos días la reglamentación del trabajo de los músicos tomó forma de debate público. Esta carta de Marcelo Moguilevsky es una buena síntesis del punto de vista de muchos artistas independientes muy preocupados por este tema.

    T r a i d o r e s   y   c o m p a ñ e r o s
     
    Los comentarios contra esta ley van creciendo día a día con voces de todos los músicos independientes que vemos nuestro trabajo y estilo de vida seriamente amenazados.
     
    Intentaremos una pronta reunión -debate que intente desarmar la ley o , por lo menos, hacerla con las cláusulas justas para todos y no sólo para los que están bajo un régimen laboral de dependencia.
     
    Les recuerdo que según esa ley no podremos salir a trabajar si no estamos con esa credencial (si es que somos idóneos musicalmente), y si no le exigimos a los boliches en los que tocamos que nos paguen por la ventanilla del sindicato y hagan sus aportes (boliches que están en extinción ya que los grandes arreglan sus asuntos siempre).
     
    Los músicos no solemos salir de nuestra propia partitura y eso lo estamos pagando caro. El "no te metas" frente al autoritarismo del SADEM será el fin de muchos de nosotros.
     
    La manipulación del sindicato respecto de traidores y compañeros hace en los que lo escuchan desprevenidamente, sentirse de derecha o de izquierda, evitando un debate profundo y sostenido que encuentre la ley mas justa. Conceptos sagrados como las conquistas laborales, sindicatos, derechos, son manipulados sin el consenso de los miles que trabajamos fuera del sindicato (de los que se supone que protegería).
     
    Estoy convencido que un sindicato es una indispensable herramienta de los trabajadores, que una ley puede y debe traer protección. Pero eso implica un consenso que este sindicato no tiene.
     
    La ley no puede atacar a nuestras fuentes laborales.
     
     Hay una delgada pero antigua trama entre los músicos, los boliches, los sellos independientes, periodistas independientes, que debemos defender para existir como artistas.
     
    No es mi enemigo el pub o el pequeño sello. En todo caso podemos quejarnos por los monopolios de mercado que imponen los grandes espacios y las grandes empresas. Pero esta ley desplumará a esos músicos, boliches y sellos (cultura alternativa) y dejará intacto al mega aparato cultural/comercial el cual siempre encontrará como arreglar.
     
    Si el SADEM no toma en cuenta las voces de los músicos en su totalidad, comprendiendo la diferencia sustancial de vida entre un violinista de orquesta municipal y una banda de rock de Ramos Mejia, un contrabajista de jazz y un copista contratado del Teatro Colon, quedaremos sin trabajo miles de músicos que buscamos día a día donde tocar, arreglando nuestros cachets o simplemente yendo a "la puerta".
     
    Nosotros, los independientes, hacemos al escenario artístico de este país tanto como los demás músicos que son contratados por algún organismo. Y ningún sindicato tiene derecho a colegiar si somos artistas o no.
     
    Antes de entrar en recursos de amparo (tribunales de por medio), intentemos un debate serio, sin agresiones y con la pasión en las ideas y no en el volumen de voz. Sugiero que si alguno tiene la posibilidad de escribir algo que se parezca a una solicitada ya seria un gran aporte, aunque sea para que el día del debate ahorremos tiempo y esfuerzo llegando a ideas claras y efectivas.
     
    Pido que reenvíen este email a todos aquellos a quienes sientan preocupados en el buen sentido por el camino del arte musical y los derechos de todos. Si nos enteramos tarde de la ley no es casualidad. No seamos ingenuos y luchemos por una ley justa y solidaria.
     

    Marcelo Moguilevsky

  • Noche estrellada / Niceto Egotrip

     

     

     

     

    Quizás el del viernes pasado haya sido el mejor show en la zigzagueante historia de Satélite. Por lo menos, para mí, fue el más emotivo. Diría "uno de los más", sólo por natural prudencia. Pero siento que fue "el más", de verdad.

    Escribo esto y pienso que estoy diciendo exactamente lo que se suele decir en estos casos, cuando las bandas agradecen algo a algún invitado, al público o a quien sea. Y no es justo, porque pienso que no consigo poner en palabras lo que de verdad significó este concierto. Sólo tengo algunas imágenes sueltas:

    1. Volver a tocar con Pety un viejo tema de Riddim,

    2. Ver de reojo a Rotblat tocando con una sonrisa igual a la de todos los satélites,

    3. Fluir en vivo con la increíble voz de Pablo Molina en sus tremendas versiones de reggae-clásicos,

    4. Tocar con Flavio como si hubiéramos ido juntos al colegio, con la misma espontaneidad, con la misma intesidad, y, de parte suya, con una generosidad abrumadora

    5. Escuchar que Araceli me pregunte al oído si por favor puede subir a cantar ella también el último tema,

    6. Tener la posibilidad de compartir con, mostrarle a, el público lo bueno que es Rubin, supongo que un desconocido para ellos, a diferencia de los otros invitados,

    7. Disfrutar de uno de esos solos de Hugo Lobo, que siempre buscan algo más, otra vuelta de tuerca...

    No sé, deben ser cosas que le pasan a todo el mundo en todos los conciertos, pero para mí, en este caso, después de diez años, creanme que fue algo especial. ¿Estaré sensible porque me mudé a un barrio del Sur? Quizás. Pero más bien creo que tiene que ver con otra cosa. Con una pequeña teoría en la que estuve pensando.

    Sucede lo siguiente: si a uno le gusta la música, si es melómano, compra discos y va a ver bandas y disfruta con esto.

    Ahora, cuando a uno le gusta mucho la música, y además tiene la posibilidad de ejecutarla (con mayor o menor suerte) y, para mejor, tiene la posibilidad de hacerlo ante un cierto público o con cierto grado de exposición, de ningún modo masivo, pero sí suficientemente amplio, entonces obtiene un gran beneficio extra: además de escuchar los discos y ver los conciertos de los artistas que le gustan, uno puede tocar CON ellos! Imagínense: en lugar de poner posters de ciertos tipos en las paredes de tu casa, podés... hacer un show con ellos!

    En ese sentido, lo de Niceto fue sencillamente una colección de temas y músicos favoritos, todos juntos, entre el capricho y la realización personal más egoista y... grandiosa. Gracias por permitírmelo!

    (acá van algunas buenas fotos, por Tati/Cecilia; pueden ver más en www.satelitekingston.com.ar)