Un poco de blog sobre blogs... El otro dían un amigo, FV, posteó en su blog (http://tirador-francotirador.blogspot.com/) sobre un fenómeno musical del que, creo, nadie había hablado hasta ahora: la música que te gusta... antes de haberla escuchado.

Era, más que nada, un sinceramiento acerca de aquel raro mecanismo por el cual uno sabía o, mejor, intuía certeramente que un disco era buenísimo antes de saber de qué se trataba. Y no se refería al nuevo lanzamiento de un artista que ya nos gusta sino a algo de lo que no tenemos idea de a qué suena ni a qué género responde. Nada de nada.

Cosas de adolescente. Uno, por una foto en una revista, podía legar a hacerse fan de algo. Mi amigo, por ejemplo, llegó a hacerse una remera de un grupo que nunca había tenido el gusto de oir. Pero de todos modos no se equivocó; terminó siendo su banda favorita.

También le preguntó a otros por experiencias similares. Yo reconocí que, a los 13 años, me consideraba un dedicado seguidor de Joy Division, banda a la que adivinaba misteriosa, oscura y hasta algo peligrosa, y, sobre todo, de la que había escuchado hablar mucho a Luca Prodan. Y me atraía mucho el nombre. Con eso alcanzaba.

Es así. Incluso hay discos que te gustan simplemente por la tapa. Sin duda. Desde muuuy temprano.