Creí que había confundido al sistema. Conseguí un pasaje Buenos Aires/San Pablo por British Airways más barato que la tarifa de Gol. Cómo es eso? Una aerolínea premium con mejor precio que una de bajo costo? Sólo un viajero experto podía lograrlo.
Me senté ayer en la butaca 34 H del avión de bandera inglesa para estirar los pies y disfrutar la victoria. Haría el mismo viaje de dos horas veinte que ya hice antes con Gol, Tam y Aerolíneas Argentinas, pero con mejor comida y... pantalla de video individual!!!
Y todavía me esperaba una sorpresa. En el menú de música para escuchar de la impecable revista High Life, en lugar de las típcias opciones easy listening encontré canales con discos enteros como "Are you experienced?", de Hendrix; el nuevo de Franz Ferdindand, el último de... The Fall!!!, y otras cosas que curiosamente me interesaba escuchar. Para qué hablar de la selección de películas, que no necesitaba mirar entre las cabezas de mis colegas pasajeros ni através de azafatas morosas, sino que la tendría justo delante de mis narices. Casi exactamente a treinta centímetros del punto más alejado de mi cara.
Elegí Broken Flowers (nótese la ironía del título, en mi caso), la última de Jim Jarmusch. No fue fácil, porque había varios títulos interesantes. Pero debía ser cuidadoso y considerar aspectos extracinematográficos, como la corta duración del vuelo. Por suerte, la buena gente de British incluyó sabiamente el tiempo de cada film en su revista, para el lector que supiera aprovechar la información. En el caso del más reciente esfuerzo del director de la genial "Down by Law", 1 hora 46 minutos, timing perfecto para un viaje apenas por debajo de las dos horas y media.
La primera decepción fue extracinematográfica también. El esperado almuerzo (olvidé mencionar que viajaba al mediodía) consistía en un pobre sandwich con bebida (jugo de manzana, en mi caso) posiblemente inspirado en la ahorrativa propuesta gastronómica de la humilde y anaranjada Gol. Comenzaba a entender: British salía al mercado a pelear con una tarifa más competitiva, no achicando su margen de ganancia sino achicando su comida!
La calidad del cine de Jarmusch me hizo olvidar por una rato los mezquinos movimientos de la industria aerocomercial. Aprovecho para decirles que "Broken Flowers"es muy buena. La protagoniza un Bill Murray que parece haber seguido caminando tal como estaba en "Perdidos en Tokio" hasta meterse en el set de Jim. Hace el mismo personaje: un cincuentón desorientado en la vida hablando con mujeres que lo desorientan un poco más. En este caso, emprende, cual protagonista de Alta fidelidad, una serie de visitas a ex novias, para tratar de descubrir a la autora de una carta anónima en el que le revelaba que era padre de un chico de más o menos dos décadas. Y todo el tiempo con la misma cara con la que comía solo en aquel hotel de Tokio.
Una trama ganchera apenas interrumpida en el avión por los anuncios de comandante de abordo, en inglés, castellano y portugués, para que nadie se perdiera ninguno de esos datos tan importantes. Con cada anuncio (para avisar que despegamos, que ya lleegaba el sanguchito, que atravesábamos por una zona de turbulencias) cortaba la película por unos minutos. Y comencé a preocuparme. Porque el avión no se detenía, pero "Broken Flowers" sí, y nos acercábamos a San Pablo.
Ya adivinaron: justo en el momento en que Bill Murray ("Don Johnston") y el resto del mundo estabábamos por descubrir si existía realmente su hijo y, en caso afirmativo, cuál de sus ex era la madre y qué sería de la vida de todos ellos... el gentil capitán anunció que estábamos por aterrizar en el maldito aeropuerto de Garulhos, que probablemente no se escriba así que es maldito igual, desde ahora, o desde ayer.
Ni siquiera sé si la incógnita efectivamente se revela en la película, pero lo cierto es que no pienso arriesgarme otra vez en el vuelo de vuelta. Hay cosas que no se hacen, viejo.