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The Beat

  • Y The Beat???

    Specials y Madness lograron algo rarísimo: que en el ska todos seamos de River y de Boca. No hay debate posible. A todos nos gustan los dos, y casi por igual. Selecter también está fuera de discusión. Es la tercera pata de la trilogía, cómoda.

    96f403c2736a409147e1e6841ea14403.jpgPero, al menos en este blog, poco y nada se habla de… ¡The Beat! Hasta de Bad Manners se ha dicho más, seguramente por la ventaja de que tocaron en Buenos Aires (y, atención, que puede haber novedades…).

    Y, sin embargo, me parece que el verdadero “cuarto grande” del ska británico es la banda de Wakeling, antes que la de Buster B.

    Hay mil cosas que me gustan de The Beat. Pero me parece que tienen un mérito en particular, sobre todo. Y es el de haber funcionado, desde el ska, como “puerta” hacia otro universo musical.

    Me explico. The Specials, con “Guns of Navarone”, te presentaban a los Skatalites. Uno venía escuchando el ska post punk de Coventry y de repente se encontraba con este instrumental poderoso, cinematográfico, épico,y descubría que el ska original era jamaiquino y bastante anterior a fines de los setenta, y que sonaba más bien jazzero. Algunos ya casi ni nos acordamos, pero alguna vez nos pasó eso.

    Con The Beat o The English Beat ocurría algo parecido, pero con otro género, con otro mundo. Un día te enterabas que el “power rocksteady” de “Tears Of a Clown” era en realidad un cover. Una mínima investigación te linkeaba rápidamente a Smokey Robinson. Y ahí podían pasar dos cosas (por lo menos): 1. que te enteras que existe una música increíble llamada soul. 2. que, si bien ya sabías que había algo llamado soul, ahora supieras que en realidad esta música podía ser mucho mejor que la versión ultraliviana que habías escuchado en las FM argentinas. Bienvenidos a Motown…

    “Tears” pertenece, además, a otro género: ese selecto tipo de canciones que, en cuanto terminan, pueden lograr que el oyente la vuelva a ejecutar inmediatamente. Es así de buena. Tanto en su versión The Beat como en la original, que tantas satisfacciones le dio a Smokey que incluso intentó seguir la racha con otro hit lloroso: “Tracks of my tears”.

    9f474d1e7fa9f0ca64946b22b889d6e5.jpgTodo esto se refiere al “efecto” que produce esta monumental canción. Pero también es interesante su “contenido”. Curiosamente, Smokey cita en la letra a “Pagliacci”, nada menos, la ópera de Leoncavallo en la que el protagonista, payaso, llora detrás de su maquillaje. De ahí la clásica introducción, irresistible, que suena medio circense y que, de hecho, no sé si no será también una cita a la partitura de la obra Leoncavallo.

    Gran decisión, la de The Beat, versionar a Smokey y abrir esta puerta del Two Tone a Motown, sello que al fin y al cabo fue una gran inspiración para la empresa de Jerry Dammers… Es un buen ejemplo de la importancia que, a veces, puede tener un cover, cosa que a veces es muy subestimada y hasta ninguneada. Si algunos covers nos salvan la vida!

    La onda soulera de The Beat obviamente no se agotó ahí. Y alcanzó puntos bastante altos, muy ligados al pop. Por ejemplo en el pegadizo single “I Confess” (orgullo de mi colección vinílica!).

    Creo que “Tears of a clown” fue el primer single de The Beat, y llegó a salir por Two Tone, 79dbc9f7f1227eb9f24a01d9498ccb99.jpgaunque ellos después armaron su propio sello, Go Feet. Lo curioso es que The Beat es básicamente considerada una banda de ska, aunque en realidad hayan grabado poco ska y mucho más reggae y soul. Como pasa en otros casos, nunca lograron mucha adhesión del público reggae, al menos fuera de Inglaterra (y quizás adentro tampoco), aunque sí parecen haber inspirado a las bandas norteamericanas de principios de los ochenta, que solían sonar más a The Beat que a Specials. 

    ¿Cuestión de imagen? Por ahí sí. No por nada, dos de ellos (Steele y Cox) armaron después Fine Young Cannibals, banda que supo ponerme bastante nervioso con su “She drives me crazy…!” a fines de los 80, a pesar de su leve estética modernista (en esos tiempos, uno se conformaba si en un video aparecía medio segundo de modernismo o, aunque fuera, la palabra ska). Es decir que, de rastas (o “reggaeros”!), los tipos tenían poco y nada, aunque sabían mucho...

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     A continuación, otras cinco arbitrarias razones para amar a The Beat:

     

    1. Instalaron la imagen prototípica de la rude girl como hoy la conocemos, con su famoso dibujo tan usado y abusado en el mundo entero. La novia de Jabsco!
    2. Rescataron a Saxa, algo así como el Rico Rodríguez de The Beat.
    3. Por distintos lados y formatos, fueron quizás los que mantuvieron más viva, en el tiempo, la llama Two Tone.
    4. La guitarra "gota" de Wakeling.
    5. Ranking Roger, la contracara toaster de Wakeling. Si acá mismo, en el blog, se celeb154e4d9f14f3ed77fb378070b3f1f276.jpgraba el contraste Terry Hall-Neville, en Specials, qué decir del britpopero Wakeling con el toasting-huracán de Roger...

    Lástima que ese programa de VH1 que trata de reunir bandas separadas terminó con ellos... En fin, la televisión te termina matando.