Ok

By continuing your visit to this site, you accept the use of cookies. These ensure the smooth running of our services. Learn more.

Crónicas paulistas V: festival!

Bueno, necesité un para de días para descansar después de todo. Fueron 72 horas de fiesta permanente, amigos, portu-enlish-niol y algunos momentos músicales increíbles. Por ejemplo, Chris Murray, Victor Ruggiero (Slackers), Victor Rice y Firebug, todos juntos en el escenario. Los tres días se agotaron las entradas en la sede de Pompeia de Sesc, con una capacidad de algo más de 800.

Qué es Sesc? Habiendo tocado dos veces en estos lugares y habiendo preguntado varias veces cómo funcionan, todavía no lo tengo tan claro. Pero digamos que son centros culturales y recreativos repartidos por todo el país. San Pablo solo tiene siete de ellos. Y dependen de la cámara o del sindicato de empleados de comercio. Y son un modelo de gestión. Y tienen bastante dinero.

La primera vez que toqué en un Sesc fue con Satélite, junto con The Toasters, en 1998 o 99, no recuerdo bien. Entonces conocimos a Victor Rice, que llegó a Brasil como bajista Toaster y se enamoró del país. Tanto que eventualmente volvería para quedarse (de ahí la relación con Satélite y sus visitas a la Argentina; reencontrarnos acá fue uno de los highlights emotivos, sin duda). La segunda fue en 2005, otra vez con Satélite, pero en un Sesc distinto, más chico, me parece.

Con plata, buenas instalaciones y el personal mejor predispuesto, Sesc fue la opción qideal que tuvo Bruno, el productor, para concretar un proyecto de mucho tiempo. Y le salió muy bien, justamente porque maduró naturalmente, con invitados internacionales que conocé desde hace tanto. Bruno es el tipo que recorre disquerías desde hace rato con su bolsito lleno de discos de ska, incluídos unos cuantos títulos argentinos. Y es uno de los paulistas que viajaron en 2005 a Buenos Aires sólo para ver a Skatalites (entonces tuve que comprar no una sino catorce entradas para estos personajes...)

Volviendo al festival, ni siquiera sé por dónde empezar. Fue puro disfrute. Los dos shows de Slackers fueron históricos. Los veía y pensaba que algunos músicos argentinos que menosprecian a una banda así curiosamente están tan, pero tan lejos de dar un show como el de Ruggiero y cía, de hacer canciones la mitad de buenas o tocar música de raiz jamaiquina con un tercio de la onda... Lo de Slackers fue tremendo. Yo los había visto en 2002, pero ahora creo que son mucho mejores, en parte porque el trombonista Glenn Pine pasó al frente de una manera atípica para una banda con tanto tiempo. Los sets de Victor Rice, de Chris Murray fueron igualmente buenos. Todo muy bien "teloneado" por bandas locales interesantísimas, sobre todo Firebug, Trenchtown Rockers (de otro amigo, Luiz) y Moveis Coloniais, un grupo de Brasilia que debería ser número estable en la fiesta Bubamara (once o doce tiepos corriendo por todo el escenario (el viejo truco de los brasses con micrófonos de contacto!) haciendo una mezcla de ska, música brasilera y balcánica imposible). Y la sorpresa, para mí: los venezolanos Desorden Público, una banda de la que no se puede tener una opinión formada hasta verla en público.

Además, desfile de moda de inspiración ska, debate sobre la música jamaicana, cerveza y comida a precios de almacén y sondsytem a cargo el experto DJ local Otavio Rodrigues, con un "poeta dub" y percusiones en vivo. No hay nadie así en Argentina. Como tampoco hay un festival así en Buenos Aires. Y eso que la gente que escucha ska acá (San Pablo) todo el tiempo te pregunta por lo que pasa en Argentina, porque les parece mucho más interesante que lo de ellos...

Las fiestas y/o comidas postfestival, obvio, fueron igual de divertidas. Pero la anécdotas no deben tener la menor gracia contadas así. De hecho no deben tener la menor gracia de ninguna manera. Pero... qué bien la pasamos.  

(las fotos son todas de Slackers)

The comments are closed.