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  • Ahora todos van a leer tu remera # 12: Madrid me mata, en siete pasos

    DSC_0050.JPGPrefiero no mirar el velocímetro, pero adivino que vamos bastante rápido por el Paseo de la Castellana en la Vespa 74 azul de Toni Face, con frío de madrugada y una fina lluvia de despedida del invierno, rumbo a la zona de la estación Colombia. Me preocupa un poco a estas horas la aptitud de Toni para manejar. Entonces fijo la vista en su casco, sigo sin mirar el velocímetro y me concentro en lo que pasó en las últimas diez horas, desde que llegué a Madrid y el mismo Sr. Face me buscó en el aeropuerto de Barajas.

    1. Casa Mingo. Mediodía. A menos de una hora de aterrizar en Madrid, estamos con Toni y Davo (ex saxo de la banda Lord Kaya & the Kinky Coo Coo’s, de Barcelona) en esta taberna asturiana fundada en 1888 sobre el Paseo de la Florida. Toni pide sidra y la sirve desde todo lo alto que da su brazo derecho y la ataja bien abajo con su brazo izquierdo, en un único vaso que va rotando entre los tres. Hay que tomarla de un trago y tirar lo que sobra al centenario y curtidísimo piso de madera. Acompañamos la sidra con queso Cabrales, que es como un roquefort asturiano. Lo pisamos, lo salpicamos con sidra y lo comemos con pan. Vaciamos, entre los tres, cinco botellas.
    2. Café Manuela. Pasamos a este elegante reducto de Malasaña, como para probar algo dulce. Pedimos variedades de café, torta de chocolate y... whisky. Deben ser las 6 de la tarde.
    3. Casa de Toni. Está bajando la temperatura, así que vamos a procurarnos abrigos. De paso, miramos algunos videos (uno hilarante de los Granadians y el de John Holt con orquesta filarmónica). Ron con hielo.
    4. La Antigua Huevería. Regresamos a Malasaña para encontrarnos con un argentino, Esteban Rial (ex Perdedores Pop, actual Esteban R Esteban), y con el Chino, que en verdad es madrileño. Compartimos unas cervezas mientras miramos los goles de la fecha (sin sonidote la tele, pero con música de AC/DC) en este pequeño bar sin mucho más que nuestra tertulia, una barra y una máquina expendedora de cigarrilos (vacía).
    5. Louie Louie. Prácticamente frente a la Huevería, este garito parece un museo con sus paredes cubiertas de memorabilia rockera, desde posters autografiados de Beatles hasta fotos de prensa de los Young Fresh Fellows pasando por un disco de oro de R.E.M. y varias guitarras quién sabe de qué héroe del indie madrileño. Cervezas y ron con Coca hasta que llega una vecina, en bata, para exigir que bajen la música.
    6. La Vía Láctea. El ambiente de este sitio recuerda al viejo Podestá, de Palermo, pero con primer piso en lugar de sótano. Decoración ochentosa, buena música y una barra de la que parten más tragos y cervezas. Siguen sin dejarme pagar nada.
    7. Garaje Sónico. Sin mucho resto que digamos, llegamos al más punky de los antros, con la ventaja de contar con su dueño entre nuestras filas (no lo tenía identificado, pero ya venía con nosotros desde tres bares atrás). Nos reciben con Cock Sparrer y La Polla Records. Sí, más cervezas y "cubatas". El anfitrión nos regala camisetas con el logo y la dirección del local, pero nos advierte: "Mejor que no las usen para dormir, como hacen todos".

    Más tarde, después de la loca travesía en la Vespa 74 azul, Toni, con la remera del Garaje Sónico puesta, está listo para ir a dormir. "Estuve hablando con una chica griega en el Garaje Sónico, pero no me acuerdo de nada más", me dice.

    Marzo 23, 2006

     

  • Flores en la basura (canciones encontradas 2015)

    Hace tiempo que Satélite In Blog no comparte un compilado de música nueva. Para retomar la tradición, bajá acá el compilado Flores en la basura. De esto se trata:

     

    Canciones encontradas/Razón de ser

    De día trabajo en un diario de Buenos Aires. Aunque compro, escucho y toco música y escribo sobre ella y hasta me hago el DJ cada tanto, nunca estuve en la sección Espectáculos de la redacción y siempre cubrí otros temas.

    Cada vez que paso junto a los escritorios de los especialistas en cine, rock, tele, etcétera, miro de reojo. Me llaman la atención las pilas de CD junto a las computadoras de los críticos musicales. Después de décadas de perder tiempo y dinero en disquerías de por lo menos 25 países, no consigo imaginar cómo será vivir con acceso ilimitado y gratuito a más música envasada de la que humanamente se puede llegar a escuchar.

    trashcd.jpgCada tanto, estos periodistas especializados dejan sobre una mesa neutral, cerca de los ascensores, los CD que reciben como promo y que por algún motivo no les apetecen. Algo, en el fondo, los previene de tirarlos al tacho. Así que parte de mi rutina laboral consiste en rondar esa mesa de saldos por si hay novedades, algo salvable, para escuchar. Tal es la medida de mis ambiciones profesionales en la cúspide de la corporación mediática. “The art of free-shit getting”, como decían los Beastie Boys en una nota-manifiesto de su vieja revista Grand Royal (tapa Lee Perry).

    Del 99 por ciento de las inspecciones no sale nada. Pero el sabor de los raros hallazgos producidos en ese otro uno por ciento (quizás menos) es… indescriptible.

    “Flores en la basura” compila las mejores canciones de rock hecho en Argentina que rescaté de esa mesa. Exclusivamente canciones perdidas, condenadas, marginadas, rechazadas, desestimadas por los expertos y al mismo tiempo (miren qué paradoja) intensas, lindas, sentidas, logradas o por lo menos interesantes, cuando no sencillamente increíbles.

    Cuesta entender las circunstancias en las que alguien flipearía entre cajitas, se detendría ante la de Viajantes o la de Norma o la de Gigio y entonces negaría con la cabeza, severo o aburrido, y las depositaría en la Mesa del Olvido sólo para darse vuelta y regresar despacito a su escritorio y dedicarse a asuntos más trascendentes. ¿Quién en su sano juicio podría abandonar, así nomás, el brillante debut de Los Planos o un CD rubricado con un nombre del tenor de “Mutantes del Paraná”? Es difícil dimensionar la pérdida de haber tenido entre manos una canción como “La hora de los magos” y… haberla soltado, para siempre, sin escucharla.

    A muchas de esas cajitas las sigo viendo ahí, en la mesa, después de tiempo, sin que nadie las levante. Unas pocas, en cambio, están en mi poder, felices, entre otros cientos de cajitas y sobres de cartón, contentas de convivir ahora en un hogar adoptivo donde son queridas y atendidas y valoradas. “Flores en la basura” es esa segunda oportunidad que parecía imposible desde la desolación de la Mesa de Saldos y que, justo por eso, suena aún más valiosa. Es una antología de canciones recuperadas para melómanos de buen corazón.

    Compilado por D.F. para Satélite-in-Blog

    BAJAR

    1. Viajantes. Hablar con vos.
    2. Crema del Cielo. Éxito.
    3. Pelea de Gallos. El rock vive de mi.
    4. Mutantes del Paraná. I Want To Break Free.
    5. Sol Pereyra. Tita.
    6. Daniel Melero. Líneas.
    7. Norma. 6 AM.
    8. Los Animalitos. Mi cumbia.
    9. Gigio. Amapola.
    10. Las Pelotas. Como se curan las heridas.
    11. El Vértice. Perros de basura azul.
    12. Los Planos. Odio decir.
    13. Emanero. La vida.
    14. Las Diferencias. Quiero saber.
    15. Viajantes. La hora de los magos.
    16. Ararat. Tres de mayo.