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Ahora todos van a leer tu remera # 9: Victor Rice y la arquitectura del dub

En 1998, con Satélite Kingston tocamos por primera vez en San Pablo. Abrimos un show de los norteamericanos The Toasters en una sede de los centros culturales SESC. Como su bajista no podía ir, Bucket, eterno líder de esa banda de ska yankee, llevó un reemplazo: el neoyorquino Victor Rice, un flaco rapado, siempre de negro y con borcegos, pero de modales suaves y conversación medida y relevante, muy concentrado en la música, hasta entonces conocido por su paso por The New York Ska Jazz Ensemble, The Stubborn All Stars y The Scofflaws. Una especie de skinhead budista y gurú en formación.

A aquel concierto, un adolescente brasileño llamado Tadeu Banzato llegó tardísimo, cuando todo había terminado. Era fanático del ska y tenía una boina mitad blanca, mitad negra, two tone. Ni siquiera nos vio tocar, pero igual se acercó a saludarnos. Llovía. Nos hicimos amigos.

Todos los satélites quedamos locos con la ciudad, su centro, la descomunal Galeria de Rock, los bares de Vila Madalena, el público y la cerveza Bohemia. Victor Rice también. Incluso más, así que al poco tiempo abandonó todo en el Norte y volvió para radicarse en San Pablo. Decía que le recordaba a la Nueva York de los años setenta y ochenta, o sea la Nueva York que es políticamente correcto no extrañar.

rice2.jpgSe buscó un buen lugar donde vivir: un departamento mínimo en el Copan, el mayor edificio residencial de América latina, icono total del decadente, áspero centro paulista, inspirado precisamente en el modernismo más gris de Manhattan. Uno de los proyectos menos valorados y probablemente más discutibles de Oscar Niemeyer, el indiscutido arquitecto carioca, cerebro y tablero detrás de Brasilia; fallecido en 2012 a los ¡104 años!

 

2.

El Copan, que tanto atrajo a Rice, es una bestia de hormigón armado: 1160 departamentos en seis bloques, 35 pisos y 115 metros de altura en el medio de una ciudad querible, pero brava, a la que no ayuda ni un poco. Se inauguró en 1966 tras quince años de obra. En el camino, Niemeyer se desentendió del asunto, disconforme con la ejecución.

Con sus lanzadas ambiciones futuristas y su eslogan publicitario de “el Rockefeller Center de San Pablo”, el edificio no envejeció tan bien: es mucho de lo que hoy se consideraría urbanísticamente ofensivo. De afuera, su forma en ondas, como las insignes veredas tropicales de Río, es lo único que modera las drásticas consecuencias de semejante bodoque para el paisaje. La escritora Regina Rheda lo llamó “el arca sin Noé”.

Durante décadas, el Copan quedó solo mientras el orden y el progreso se corrían a otros barrios, y al centro paulista lo controlaban las pandillas, las prostitutas, los crackeros y, ejem (dios salve a), la Galeria de Rock, algo así como la Bond Street paulista, del tamaño de cuatro Bond Streets apiladas una sobre otra, como containers llenos de discos y clientes de negro y con borcegos.

Hoy, hipsters (con perdón), cultores de lo bizarro, tipos que normalmente juntarían firmas para demolerlo, parecen amar al Copan. Rice podría ser uno de ellos. O mejor, pongamos, sería uno de los síntomas por los que desde algún lugar, en algún momento, algunos personajes empezaron a rendirle culto al mastodonte con ascensores.

Será porque entrar ahí es una experiencia. La planta baja, con un extrañísimo plano inclinado, funciona como hall de ingreso, pero también como una galería comercial donde, además de varios locales desteñidos, hay un cine de 3500 butacas reencarnado en iglesia de Renacer En Cristo. Ahí también está el Café Floresta, el café de parado favorito del cafeinómano Rice. Y ahora hay, además, una galería de arte súper cool, en un entrepiso técnico o algo así.

 

3.

A diferencia del norteamericano promedio, Rice no tuvo problemas para aprender un segundo idioma. Hace rato que habla portugués con acento convincente y hasta regodeos localistas. Durante mucho tiempo, vivió y trabajó en sus 25 metros cuadrados del piso 22. Cuando quería saber la hora, miraba por la ventana el enorme reloj de un cartel luminoso sobre la terraza de otra torre vecina. Se podría decir que fue ahí, con esa vista, donde encaminó una carrera en solitario y refinó sus buenas artes como alquimista de las perillas y los ecos, al punto de convertirse en uno de los mejores artistas dub (es decir, deconstructores del reggae) fuera de Jamaica.

En 2005, Rice actuó en el Festival Sons De Uma Noite de Verão, en otro SESC, el del barrio paulista de Pompeia. Fue organizado por Bruno Lancellotti, asistente de producción en ese fundacional show de 1998, con The Toasters y Satélite Kingston. Lancellotti le encargó las remeras promocionales que allí se venderían a aquel adolescente de gorrita Two Tone, que había llegado tardísimo a ver a los Toasters y a Satélite en el 98: Tadeu Banzato, ahora diseñador gráfico y publicista.

Tadeu, se ve, era impuntual, pero tenía buen ojo: identificó esa fuerza inspiradora del Copan sobre la obra de Rice y, entonces, resolvió una remera gris como el centro paulista, en la que simplemente se leen el nombre y el apellido del músico bajo una imagen sintetizada del edificio de Niemeyer, una especie de “vista dub”, que termina por remitir al radiador de un auto.

“Lo más difícil era capturar las curvas del Copan porque cuando simplificás un dibujo para serigrafiar, todo tiende a verse más plano, así que tuve que trabajar bastante esos bordes”, recuerda desde la ciudad de Curitiba, donde labura para una multinacional alimenticia. Tadeu, a la larga, se volvió un buen amigo de Rice, se hizo DJ de ska, eventualmente armó una familia, después vendió sus vinilos y aún hoy viaja por trabajo a Buenos Aires y come asados con algunos Satélite Kingston, la banda que no vio esa noche lluviosa de 1998.

 

4.

No es el ángulo recto lo que me atrae, ni la línea recta, dura, inflexible, creada por el hombre. Lo que me atrae es la curva libre que encuentro en las montañas de mi país, en el curso sinuoso de sus ríos, en las olas del mar, en el cuerpo de la mujer”, anotó Niemeyer en sus memorias. A través de sus sinuosas mezclas dub, ejecutadas casi en vivo, siempre desafiando lo lineal, desde lo inesperado, Victor Rice dice algo parecido a lo que pensaba el arquitecto que diseñó su departamentito en el Copan.

Comments

  • Daniel, gracias por tu aporte al mundo bloguero, para mi estos espacios son un pequeño hueco creativo ante tanta cosa poco interesante en internet. También contarte que no pasa día que no escuche satélite, me ayuda a estudiar (soy trompetista), y por ello también me gustaría agradecerte a vos y a la banda. Por otro lado ante mi poca conexión con el mundo de internet me gustaría preguntarte a vos si tienen algún boletín o lugar donde anotar mi mail para enterarme de las fechas de la banda ya que me cuesta mucho enterarme en que andan, fechas y por qué no cuando pasa algo en tu blog?
    Te dejo un abrazo, esperando poder volver a verlos en vivo. Saludos!

  • Gracias, Adrián. Una de las razones por las que no te enterás de muchas fechas de Satélite es que... no existen. Bueno, sí, tocamos, pero no muy seguido. Anotá acá tu mail y me comprometo a avisarte de la próxima. Si no, fácil, fijate cada canto en el perfil de facebook de la banda. Otra vez, gracias y salud!

  • Que tal está el nuevo longplay de Dancing Mood? Ska Explosion.

    Ultimamente estoy escuchando los primeros de UB40, Signing Off, Present arms...

    Es una banda subestimada? Esos dos discos me parecen muy buenos.

    Saludos para todos.

  • No escuché el de Dancing, pero entiendo que tiene más temas propios, lo que ya de por sí me gusta. Lo voy a escuchar. UB40... La verdad es que nunca los escuché demasiado. Quizás sí sean un poco subestimados, quizás ellos mismos sean la causa, con esos singles medio aguados, no? Pero, claro, los primeros discos son otra cosa, supongo...

  • los primeros discos de ub40 son impecables, signing off está grabado en consola de 8 canales en una habitación y se escucha hermoso

  • Si, Signing Off es muy buen disco. Sacaron una version remasterizada por los 30 años.

  • UB40... La verdad es que nunca los escuché demasiado. Y me parece que si ahora lo intento, ya no va a funcionar, como si lo hubiera hecho en su momento... Pasa eso con cierta música, ciertos discos, no?

  • si, pasa eso, a veces no hay forma de que entren, te recomiendan un monton de cosas que no podes escuchar ya ... creo que esta conversación de ub40 es un deja vu, anyway signing off es un discazo

  • Que buena la historia del Copan.

    Me pasa similar con Ub40, el primer disco me gusta. Les tome cariño despues de ver el documental con su historia y cuentan sus inicios.
    Vi a Ali Campbell hace un par de años en el Rototom (la misma noche que Ken Boothe, si no recuerdo mal) y fue como estar en un casamiento de 20mil personas.Una vez pasado el shock inicial, te tomas una cervecita y te divertis.

  • Siempre me sonaron medio aguados como apunta Daniel, incluso antes de escuchar Reggae. Como que se quedaban a mitad de camino de lo que a mi me gusta/gustaba. A nivel mundial tomaron un lugar que, creo yo, le pertenecía a Matumbi, estos últimos fueron el pilar del Reggae (junto a Aswad y Steel Pulse) fuera de Jamaica, pero además podían tener una proyección dentro del Pop que no supieron explotar.

  • ¿Cómo anda la comunidad rudie? Espero que todo muy bien.

    Les dejo esta nota que escribí sobre el tenista "rasta" que le ganó a Nadal, espero que os guste!

    Saludos!

  • ah olvidaba el link, es este:

    http://www.laizquierdadiario.com/Quien-es-el-rasta-que-casi-expulsa-a-Rafa-Nadal-del-Top-ten

  • Nada que aporte:

    https://registracion.lanacion.com.ar/mis-datos-publico?usuario_id=1925847

  • https://www.youtube.com/watch?v=MVaMcm2LhUs

  • Para cuando la reseña de las 2 presentaciones de Susan Cadogan?

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